Skip to main content
PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº2 – MARZO 2020

Imagen en Pediatría Clínica. Haz tu diagnóstico
Lesiones cutáneas en un neonato

Coordinadores
El Rincón del Residente


Coordinadores:

L. García Espinosa*, M. García Boyano*, S. Criado Camargo*, R. Vila de Frutos**.
*Residentes de Pediatría del Hospital Universitario Infantil La Paz. Madrid. **Residente de Pediatría del Hospital Universitario Infantil Niño Jesús. Madrid.

Autores:

C. Romero García, N. Arévalo Martín, L. San Feliciano Martín
*Residente de Pediatría. Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. **Médico Adjunto especialista en Pediatría (Neonatología). Complejo Asistencial Universitario de Salamanca

El Rincón del Residente es una apuesta arriesgada de Pediatría Integral. No hemos querido hacer una sección por residentes para residentes. Yendo más allá, hemos querido hacer una sección por residentes para todo aquel que pueda estar interesado. Tiene la intención de ser un espacio para publicaciones hechas por residentes sobre casos clínicos e imágenes entre otras.
¡Envíanos tu caso! Normas de publicación
aquí

 

Pediatr Integral 2020; XXIV (2): 116.e1 – 116.e7


Imagen en Pediatría Clínica.
Haz tu diagnóstico


Lesiones cutáneas en un neonato

Historia clínica

Neonato de 24 días de vida, sin antecedentes de interés, que consulta en Urgencias por exantema generalizado de una semana de evolución. Inicialmente, presentó lesiones pustulosas sobre base eritematosa en: tronco, extremidades superiores y cara, que se resolvieron en 24 horas. En las últimas 48 horas, había comenzado de nuevo con lesiones similares generalizadas con descamación. El exantema no era pruriginoso ni doloroso y el paciente no presentaba fiebre.

En la exploración física, se objetivaban: costras melicéricas, algunas lesiones micropustulosas y áreas desnudas con descamación fina, especialmente en regiones periflexurales, con signo de Nikolsky +/- (Figs. 1 y 2) y, en región facial, dos placas malares formadas por lesiones papulosas, eritematosas y costras melicéricas.

Se realizó una analítica que no mostró elevación de reactantes de fase aguda (proteína C reactiva ni procalcitonina), así como un hemocultivo y cultivos de exudado nasal, y de costras melicéricas, los cuales resultaron estériles.

Figura 1.

Figura 2.

¿Cuál es el diagnóstico?

a. Descamación fisiológica

b. Síndrome de la escaldadura estafilocócica

c. Epidermólisis bullosa

d. Quemadura verdadera

e. Síndrome de Stevens-Johnson

Respuesta correcta: b. Síndrome de la escaldadura estafilocócica

Comentario

La respuesta correcta es el síndrome de la escaldadura estafilocócica, una entidad causada por toxinas exfoliativas (ETA y ETB) del Staphylococcus aureus(1). El 15% de casos se producen en el periodo neonatal(1) y su contagio suele ser a través de las manos de los cuidadores o mediante punciones.

Inicialmente, en las primeras 24 horas, se produce eritema en la piel y, posteriormente, ampollas(2), que suelen ser dolorosas y desprenderse con el tacto (signo de Nikolsky positivo). Posteriormente, a partir de las 36-48 horas, se produce una descamación de las lesiones y, en función de la gravedad, puede haber afectación sistémica del paciente (malestar general, fiebre, etc.).

El diagnóstico es clínico. Puede ayudar al mismo la positividad de los cultivos de las zonas afectadas, que en nuestro caso fueron negativos.

El tratamiento es mediante antibióticos antiestafilocócicos, siendo de primera línea, la cloxacilina intravenosa a dosis de 50 mg/kg/día(3). El tratamiento temprano de esta enfermedad permite un mejor pronóstico (la mortalidad en neonatos puede llegar a ser del 4%). Tras cinco días de tratamiento, las lesiones de nuestro paciente mejoraron considerablemente (Fig. 3).

Figura 3.

Entre las entidades a considerar en el diagnóstico diferencial, están la descamación fisiológica, frecuente en neonatos, en la cual no habría signo de Nikolsky positivo, ni eritema, ni tampoco pústulas. La quemadura verdadera se distinguiría mediante la anamnesis, habitualmente presenta una afectación más localizada y no suele presentar costras melicéricas. La epidermólisis bullosa da lugar a unas ampollas tensas con un halo eritematoso característico (útil para el diagnóstico diferencial) y no cura con tratamiento antibiótico. En cuanto al síndrome de Stevens-Johnson, se trata de una entidad grave que cursa con afectación del estado general, fiebre y afectación de mucosas(4).

Palabras clave

Síndrome de la escaldadura estafilocócica; Neonatología; Dermatología; Ampolla; Infección cutánea, Staphylococcal scalding syndrome; Neonatology; Dermatology; Blister; Skin infection.

Bibliografía

1. Nso AP, Baquero-Artigao F, García-Miguel MJ, de José MI, Aracil FJ, del Castillo F. Síndrome de escaldadura estafilocócica. An Pediatr. 2008; 68:124-7.

2. Silva JC, Torres MC. Diagnóstico diferencial de los exantemas. Pediatr Integral. 2014; XVIII: 22-36.

3. Moraga-Llop FA, Martínez-Roig A. Enfermedades bacterianas de la piel. Pediatr Integral. 2012; XVI: 235-43.

4. Alerhand S, Casella C, Koyfman A. Síndrome de Stevens-Johnson y necrólisis epidérmica tóxica.  Pediatr Emerg Care. 2016; 32: 472-8.

 

Copyright © 2024 Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria