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PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº4 – JUNIO 2017

Alberto Duce: dibujante y maestro de la figura femenina

J. Fleta Zaragozano
Representación del niño

en la pintura española


J. Fleta Zaragozano

Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Zaragoza

Pediatr Integral 2017; XXI (4): 291.e1 – 291.e4


Alberto Duce: dibujante y maestro de la figura femenina

La obra de Duce nos refleja un mundo en donde las figuras intemporales cobran vida en ambientes sosegados y serenos, casi siempre lejanos de la realidad cotidiana. Es probable que, a través de sus obras, pinturas, grabados y dibujos, aprendamos a disfrutar de la jugosidad de un empaste, del cartesianismo de una composición, del lirismo de una línea y de la sensualidad que, en general, desprenden sus creaciones. Aunque testigo de diversas tendencias, estamos ante un pintor eminentemente figurativo cuyo dominio del grafismo es absolutamente abrumador.

Su vida y su obra

Alberto Duce Baquero nace en Zaragoza en 1915. Inicia su formación artística en la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad, copia a los grandes maestros de la pintura en el Museo de Bellas Artes y asiste a las sesiones de dibujo del natural del Estudio Goya. Muy pronto empieza a realizar carteles publicitarios para los Cines Parra, ilustraciones para la prensa y dibujo publicitario, actividades que continuará durante toda la década de los treinta y primeros años de los cuarenta.

En 1942 se traslada a Madrid, para ampliar su formación en el estudio de Eduardo Chicharro, mientras sigue copiando a los grandes de la pintura en el Museo del Prado y asiste a las clases de dibujo del natural del Círculo de Bellas Artes. Por estas fechas, ya había iniciado la decoración de las estancias del Balneario de Panticosa, que no concluirá hasta 1947. Durante estos años en Madrid, mantiene una intensa actividad artística, realiza decorados escenográficos, retratos, murales y exposiciones.

De regreso a Zaragoza, se implica activamente en la vida cultural de la ciudad, siendo uno de los nueve pintores que participa en la primera exposición del Grupo Pórtico, vanguardia artística del momento. Una pensión del Gobierno Francés le permite asistir a las clases de dibujo de La Grande Chaumière y a las de Litografía de L’Ecole des Beaux Arts de París hasta que, en 1949, obtiene la pensión Conde de Cartagena para ampliar sus estudios en Estados Unidos y se traslada a este país, tras renunciar a una plaza de becario de la Academia Española en Roma. En Estados Unidos, se instala en Washington donde permanecerá doce años hasta su regreso a España en la navidad de 1961. Durante este tiempo fue asesor técnico de la Agregaduría Cultural de la Embajada Española, centrando su producción artística en la ejecución de retratos.

Tras una breve estancia en París, con una beca de la Fundación March, para aprender en el estudio de Hayteer las técnicas del grabado, monta un taller de estampación en el Círculo de Bellas Artes en Madrid, donde imparte clases sobre esta técnica. De esta época son la mayoría de las planchas realizadas para las ilustraciones de los Poemas de Safo y la Soledad I de Góngora, los retratos del Rey y del Príncipe, y de numerosos líderes políticos de la UCD por encargo de Rodríguez Sahagún. A finales de 1983, se instala definitivamente en Zaragoza.

En julio de ese mismo año, la Asociación Amigos de Serrablo realiza una exposición de sus óleos, dibujos y grabados en la Sala Municipal de Arte de Sabiñánigo, estrechándose una relación que se mantendrá a lo largo de varios años. En 1994, la Diputación de Zaragoza organizó la exposición Antológica con motivo de su nombramiento como Académico de Honor de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luís. Falleció en 2003.

Duce cultivó diversas tendencias desde el inicio de su obra hasta el final. Su obra se caracteriza por la figuración ordenada, a pesar de haber sido un gran conocedor de todas las grandes innovaciones que trajeron las Vanguardias del siglo XX. No le fue extraño el Art Decó, el abstracto, el postcubismo y el neorrealismo, aunque la figura humana fue el eje central de su producción artística. Destacó la figura de la mujer con una alta expresión de la sensualidad, especialmente en los dibujos de desnudos.

Muchas de sus figuras las delimita con un estilete o con el canto de una espátula, mediante una línea incisa, y así hace surgir de la pasta los contornos de las figuras y de los objetos de la composición. Para el pintor, el color es algo mental (a diferencia de lo que ocurre generalmente en la mayoría de los pintores), mientras que la línea es la que fluye de su sentimiento. Sus trabajos están presentes en numerosos museos y colecciones privadas de España y otros países.

Los niños en su obra

El niño ocupa un lugar importante en la obra de Duce. Inicialmente, los representa al modo más clásico de los maestros que le anteceden y, posteriormente, los dibuja y los enmarca con una línea incisiva que los delimita con el ambiente que les rodea. Son retratos de ambos sexos y de distintas edades, de familiares y conocidos y luego, anónimos y enmarcados en distintos ambientes, como en prados, bosques, interiores o sin fondos.

Destaca Retrato de niña, de 1944. Representa a una chica de unos diez años, sentada, con un vestido negro de manga corta y mirando al frente. Pelo corto y rubio. Su figura es muy proporcionada, rasgos faciales y manos muy bien representadas. El fondo puede corresponder a una pared desconchada. La mirada de la niña transmite serenidad. Es un óleo sobre lienzo de 82 por 65 cm. Pertenece a la colección de A. Duce (Fig. 1).

Figura 1. Retrato de niña.

La Familia circense, de 1966, nos recuerda alguna composición de la fase rosa de Picasso. La figura central del cuadro es la de un niño que está de pie, de unos 6 años, con un arlequín de color rojo que destaca entre los otros colores de la vestimenta de sus padres. Lleva un violín en sus manos y mantiene su mirada, ligeramente sonriente, hacia el espectador. Sus padres visten con colores claros en sus ropas de trabajo, adoptando miradas serias y dirigidas hacia la izquierda. Posiblemente, muestran su preocupación ante la próxima actuación del niño. El fondo se completa con unos cortinajes y en el suelo hay algunos instrumentos musicales. El cuadro es un modelo de simetría. Se trata de un óleo sobre lienzo de 162 por 130 cm y pertenece a la colección de A. Duce (Fig. 2).

Figura 2. Familia circense.

En 1966 pinta Alberto. Se trata de su propio hijo a los siete años de edad. Tiene los mismos rasgos del niño representado en la obra anterior e incluso tiene el mismo violín y adopta la misma pose. Destaca la armonía anatómica de la figura. Los colores predominantes son: el marrón, de distintas tonalidades, y el nacarado del fondo del cuadro. Es un óleo sobre lienzo de 146 por 97 cm y pertenece a la colección de A. Duce (Fig. 3).

Figura 3. Alberto.

Maternidad, es uno de los múltiples cuadros que Duce representó con el mismo tema. En este caso, se trata de una madre, sentada y ofreciendo el pecho a su hijo que está en su regazo. La madre mantiene los dos pechos descubiertos y tiene sus hombros cubiertos con una camisa de color verde. Pelo moreno el de ambas figuras. La madre lleva una diadema y un lazo en el pelo. Los rasgos de ambas figuras mantienen una fina armonía y se miran amorosamente (Fig. 4).

Figura 4. Maternidad.

Otra Maternidad representa a una madre sentada dando el pecho a su hijo de muy corta edad. La madre lleva el pelo largo y rubio, recogido sobre su hombro, lo que permite observar los dulces rasgos de su cara. Los dedos entrecruzados de sus manos mantienen al niño en su regazo. Lleva un vestido de color rojo, con pliegues muy marcados. El niño, de menos de dos meses de edad, lleva una prenda en azul y mama de la fuente de vida de su madre apaciblemente. El fondo del cuadro es gris azulado. Los trazos están dibujados por una línea incisa que los delimita y confiere al cuadro una originalidad no vista hasta entonces en este artista. Es un óleo sobre lienzo de 35 por 24 cm y pertenece a una colección particular (Fleta-Asín) (Fig. 5).

Figura 5. Maternidad.

Este dibujo Juego, de 1987, representa a dos chicas jóvenes jugando con una niña de unos dos años a la que lanzan al aire. Se trata de un paisaje idílico en un ambiente exótico y unas vestimentas de estilo clásico que tanto gusta el artista de mostrar en sus cuadros. En esta clase de obras es cuando Duce muestra su dominio y maestría en el dibujo y en la anatomía de sus personajes. Es una obra de tinta sobre papel, de 65 por 50 cm (Fig. 6).

Figura 6. Juego.

El dibujo Bienvenido, de la misma fecha, representa a un joven padre que llega a su casa y saluda muy efusivamente a su hija de corta edad, levantándola por encima de sus hombros. En el portal de la casa, le espera sonriente su esposa. Posiblemente, la llegada es por navidad, detalle que se adivina por la presencia de un pino, del que cuelgan algunos adornos. Tanto el padre como la madre van ataviados con trajes típicos del alto Aragón, concretamente del Valle de Ansó: el padre con su sombrero característico y la madre con un vestido de amplios pliegues lleno de adornos en su parte superior. Incluso en el frontispicio de la casa se aprecia un escudo típico de esta zona de Aragón. El dibujo, de trazos precisos, está realizado en tonos y sombras de color marrón. En el borde inferior del dibujo se puede leer, escrito a lapicero, Alberto Duce y las letras P.A. (pruebas de autor). Se trata de un dibujo de 26 por 21 cm y pertenece a una colección particular (Fleta-Asín) (Fig. 7).

Figura 7. Bienvenido.

Bibliografía

– Clavería J. Alberto Duce. Exposición antológica. Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 1988.

– Clavería J. Jiménez C. Alberto Duce. Retrospectiva. Museo Camón Aznar. Zaragoza, 2002.

– Cañellas A. Diccionario antológico de artistas aragoneses 1947-1948. Institución Fernando el Católico (CSIC). Zaragoza, 1983.

– VV.AA. Pintores en Aragón. Diputación General de Aragón. Zaragoza, 1990.

– Torralba F. Pintura contemporánea aragonesa. Guara Editorial. Zaragoza, 1979.

– Gaya Nuño JA. La pintura española del siglo XX. Ibérico Europea de Ediciones. Madrid, 1970.

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