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PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº7 – OCT-NOV 2019

Sofonisba Anguissola, una gran precursora

J. Fleta Zaragozano
Representación del niño

en la pintura española


J. Fleta Zaragozano

Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Zaragoza

Pediatr Integral 2018; XXIII (7): 368.e1 – 368.e5


Sofonisba Anguissola, una gran precursora

Anguissola fue una pintora italiana considerada la primera mujer pintora de éxito del Renacimiento. Cultivó el retrato, estableciendo nuevas reglas en el ámbito del retrato femenino. A los 27 años, se estableció en España, en la corte del rey Felipe II. Su trayectoria resultó un precedente para varias mujeres artistas que habían sido excluidas de la enseñanza académica, de gremios y talleres y del mecenazgo papal, pero que sí encontraron respaldo en las cortes europeas entre los siglos XVI y XVIII.

Vida, obra y estilo

Sofonisba Anguissola nació en Cremona, Italia, hacia 1535 y falleció en Palermo en 1625. Era la mayor de siete hermanos, seis de los cuales eran niñas. Su padre, Amilcare Anguissola, era miembro de la baja nobleza genovesa. Su madre era Bianca Ponzone. Durante las cuatro generaciones anteriores, la familia tuvo una estrecha conexión con la historia antigua de Cartago, por lo que nombraron a su progenie en honor del gran general Aníbal, llamando a su hija mayor como la trágica protagonista cartaginesa Sofonisba.

Amilcare animó a sus hijas Sofonisba, Elena, Lucia, Europa, Minerva y Ana María a cultivarse y perfeccionar sus talentos. Como Sofonisba, cuatro de sus hermanas también fueron pintoras, aunque Sofonisba fue la que mejor lo consiguió y la más renombrada. Elena, la segunda hermana, se hizo monja y tuvo que dejar de pintar. También dejaron la pintura Ana María y Europa, con motivo de contraer matrimonio, mientras que Lucía, la mejor pintora de las hermanas, murió joven. La otra hermana, Minerva, se hizo escritora y latinista. Asdrubale, el hermano varón, estudió música y latín.

A la edad de 14 años, su padre la envió, junto con su hermana Elena, a estudiar con Bernardino Campi, pintor también nacido en Cremona, un respetado autor de retratos y escenas religiosas de la escuela de Lombardía. En 1554, Sofonisba viajó a Roma, donde conoció a Miguel Ángel por mediación de otros pintores que conocían bien su obra. Este encuentro con el artista fue un gran honor para la pintora y se benefició de ser instruida por el gran maestro. Cuando él le pidió que pintara un niño llorando, Sofonisba dibujó un niño mordido por un cangrejo, y cuando Miguel Ángel lo vio, reconoció, de inmediato, el talento de ella. Durante al menos dos años, Sofonisba recibió una sólida orientación del mismo Miguel Ángel.

Como mujer que era, no tuvo la posibilidad de estudiar anatomía o dibujar del natural, pues era considerado inaceptable para una señora que viera cuerpos desnudos; esta situación se repetiría un siglo después con Elisabetta Sirani, quien tampoco pudo acceder a una formación artística completa por ser mujer. En su lugar, Sofonisba buscó las posibilidades para un nuevo estilo de retratos, con personajes con poses informales. Los miembros de su propia familia y su propio rostro fueron los protagonistas más frecuentes de sus obras.

Cuando ya era conocida, Sofonisba se desplazó a Milán, hacia 1558, en donde pintó al duque de Alba. En 1559, el duque de Alba prepara en París los esponsales entre Felipe II e Isabel de Valois, tercera esposa del rey. Entre otras cuestiones, se ocupa de las damas que va a llevar consigo la joven reina a España. El duque decide incluir a Sofonisba entre dichas damas, sabedor de la afición de la reina por el dibujo. Alba cursa una invitación a Amilcare Anguissola, quien en septiembre accede a dejar partir a su hija a España. Desde febrero de 1560 hasta el verano de 1573, Anguissola vive en la corte española, primero como dama de compañía de Isabel de Valois y, tras la muerte de la reina, como tutora de Isabel Clara Eugenia.

Durante este tiempo, trabajó estrechamente con Alonso Sánchez Coello; se aproximó tanto a su estilo, que inicialmente el famoso retrato de Felipe II, en edad mediana, fue atribuido a Coello. Ha sido recientemente cuando se ha reconocido a Anguissola como la autora del mismo. Algunas historiadoras tienen fundadas sospechas de que La dama de armiño, uno de los más famosos retratos atribuidos a El Greco, puede haber sido pintado por ella. Anguissola pasó los años siguientes pintando sobre todo retratos oficiales de la Corte, incluyendo los de la reina y otros miembros de la familia real, como la hermana de Felipe II, Juana, y su hijo, Don Carlos. Sus pinturas de Isabel de Valois y de Ana de Austria, la cuarta esposa de Felipe II, son vibrantes y llenas de vida.

En 1570 se casa con Fabrizio Moncada, hijo del príncipe de Paterno, virrey de Sicilia, noble siciliano de ascendencia aragonesa. Tras la boda, celebrada con gran pompa y por la que recibió una dote por parte del rey de España, se trasladó a Sicilia en el verano de 1573. Residirá en Palermo hasta 1579, tras la muerte temprana del marido el año anterior, muerte que la coloca en una difícil situación, aunque recibirá una vez más el apoyo de Felipe II. En 1581, se casará en segundas nupcias con Orazio Lomellini, hijo de una distinguida familia genovesa.

Desde 1581 hasta 1615 reside en Génova, donde mantiene una posición de prestigio tanto por su cultura y su talento artístico, como por sus privilegiados contactos con la corte española. Sus últimos diez años los pasa en Palermo, en sus posesiones sicilianas. En 1623, la visitó el pintor flamenco Anton van Dyck, quien pintó varios retratos de ella a principios de 1600, e hizo bosquejos de sus visitas a Sofonisba en sus cuadernos de notas. Fue internacionalmente aclamada y respetada a lo largo de su vida.

Los niños en su obra

Esta pintora retrata, con frecuencia, a niños de su propia familia, como son sus hermanos, al niño Jesús y a niños de la nobleza y de la realeza, tanto de Italia como de España. También representa a niños desconocidos en actitudes cotidianas.

En 1554, Sofonisba Anguissola viaja a Roma, donde conoció a Miguel Ángel, para quien pintó el cuadro: Niño mordido por un cangrejo. Esto afianzó su relación e hizo que la pintora se hiciera un hueco de forma definitiva al lado del artista, quien le daba bosquejos de su cuaderno de notas para que ella los pintara con su propio estilo personal. La ayuda prestada por Miguel Ángel propició la divulgación de la obra de la pintora.

El cuadro representa a un niño que acaba de ser mordido por un cangrejo y está llorando junto a su madre, que sostiene el animal con su mano izquierda. El pequeño puede tener entre tres y cuatro años de edad. Los detalles anatómicos de sus cuerpos, cara y manos son equilibrados, aunque se aprecia una cabeza en el niño de mayor tamaño que la de su madre. En este caso, dadas las circunstancias del cuadro, no aparecen las características propias de la pintura del Renacimiento. Luz frontal. Sus colores no son tan vivos y predominan los amarillos, grises y marrones. Data de 1554 (Fig. 1).

Figura 1. Niño mordido por un cangrejo.

En el Retrato de familia, Minerva, Amilcare y Asdrubale Anguissola se observan el padre de la pintora y dos de sus hermanos: Minerva y Asdrubale. Además aparece un perro que en actitud paciente mira hacia la pintora. El padre permanece sentado, una de sus manos descansa sobre su pierna y con la otra coge a su hijo por la espalda. Su hermana observa la escena y permanece de pie. El hermano, de menos edad, de seis o siete años, también está de pie y mira a su padre. Da la sensación de que es una obra inacabada, ya que los pies de los personajes no están bien delimitados, incluso los de la hermana no se ven. Las características anatómicas son correctas y se ajustan a las del retrato renacentista de la época.

Los ropajes, de amplios pliegues, son ricos, como corresponde a los personajes representados, de cierta nobleza y estatus social en la Italia de la época. En planos posteriores, la pintora representa unas columnas que sostienen cortinas, un monte, unas construcciones y celajes en el horizonte: obedece a un marco arquitectónico renacentista. Pincelada acabada y textura brillante. Colores fríos y cálidos a la vez; predominan los negros, azules y rojos. La obra data de 1555 y pertenece al Nivaagaard Museum de Niva, Dinamarca (Fig. 2).

Figura 2. Retrato de familia, Minerva, Amilcare y Asdrubale Anguissola.

En la obra Lucia, Minerva y Europa Anguissola jugando al ajedrez, también conocida como El juego de ajedrez, aparecen estas tres hermanas de la pintora junto a otra figura adulta, que bien podría ser su madre o cuidadora. Las tres niñas aparecen en una estructura circular, alrededor de un tablero de ajedrez que hay sobre una mesa. La mayor es una adolescente que mueve ficha, la que está de frente puede tener unos 10 años y la que se encuentra a la derecha puede tener, a su vez, 12 o 13 años de edad. La mayor mira hacia Sofonisba. Las tres sonríen ligeramente, mantienen posturas rígidas, con detalles anatómicos correctos y vestimenta rica y con adornos, incluso en el pelo de las dos niñas más pequeñas. La escena está situada en medio de un paisaje rural. Se hacen patentes las características propias de la pintura del norte de Italia a mediados del siglo XVI: dominio de la perspectiva, paisajes típicos del fondo, predominio de verdes y negros y superficies toscamente glaseadas. La obra data de 1555, mide 72 por 97 cm y pertenece al Museo Narodowe de Poznan, Polonia (Fig. 3).

Figura 3. Lucia, Minerva y Europa Anguissola jugando al ajedrez.

En el Retrato de Massimiliano Stampa, el niño que aparece tiene nueve años de edad y es el tercer marqués de Soncin, pequeña ciudad del norte de Italia, según una anotación contemporánea que hay en la parte posterior del lienzo. Este es el primer encargo importante de Sophonisba Anguissola. La familia lo encargó para conmemorar la herencia del niño de su título a la muerte de su padre. Anguissola era una observadora simpática de los niños: aquí deja la impresión severa y muy “adulta” del retrato de cuerpo entero en la ropa negra tradicional de las cortes italianas durante el siglo XVI, con el atractivo de la expresión vacilante del niño y la inclusión de la mascota dormida. El pequeño está apoyado en la basa de una columna y viste traje a la usanza de color negro y abotonado. En su mano derecha lleva recogidos sus guantes. La facies del niño permanece seria, mirando hacia la pintora, con los ojos muy abiertos, tiene además un cinto que sostiene una espada. De factura acabada, la luz se recibe desde la derecha. El fondo es una superficie plana, un interior, en color verde y el suelo de color marrón. Data de 1557 (Fig. 4).

Figura 4. Retrato de Massimiliano Stampa.

En la composición Tres niños con perro, aparecen tres figuras infantiles junto a la de un perro que ocupan gran parte del lienzo. La figura de la derecha corresponde a una mujer adolescente, la del centro a un niño de unos 10 años y la de la derecha a la de una niña de la misma edad. Las dos primeras miran hacia el pintor. Es una composición de parecida factura a la obra Retrato de Massimiliano Stampa. Posiblemente son personajes de su familia o pertenecientes a una clase social alta, dadas las características de los vestidos que portan. Los trajes de las niñas son muy semejantes, incluso los peinados y algunos de sus adornos. El niño, que ocupa el centro del cuadro porta un perro de pequeño tamaño en sus brazos y sus características faciales se parecen a las de Massimiliano Stampa. Colores grises, marrones y blancos. Fondo en color verde, sin adornos (Fig. 5).

Figura 5. Tres niños con perro.

En un Autorretrato aparece la pintora trabajando en una de sus obras, pintando en un acto de autoafirmación. Su retrato es idéntico a otros que tiene la artista. En este caso aparece pintando posiblemente a la Virgen María y al niño Jesús, en un cuadro que está ocupando la parte izquierda de la obra. Su obra está casi acabada y puede considerarse como una obra típica de la artista. El niño Jesús está desnudo y de pie, y representa una edad de unos cuatro o cinco años. La Virgen está sentada junto a él y se le acerca para besarlo. La pintora, ocupa la parte derecha del cuadro, está seria y mira hacia el frente, lleva pinceles en la mano y con uno de ellos muy cerca del lienzo. Rostro redondeado de la pintora, al igual que los de otros autorretratos de otras de sus obras.

Aparecen violentos claroscuros y llama la atención el color negro del vestido de la pintora y del fondo del cuadro. La tela que pinta lleva colores varios como son los encarnados en varias gamas y azules del vestido de la Virgen. Data de 1558 y pertenece al Kunsthistorisches Museum de Viena (Fig. 6).

Figura 6. Autorretrato.

La obra Niño y perro representa a un niño de unos cuatro o cinco años de edad si tenemos en cuenta su talla, pero algo mayor si consideramos su cara y cabeza, que parece corresponder a una persona algo mayor. Se trata de un niño un tanto musculoso o con cierto grado de obesidad. El niño está sonriente, mirando a la artista, en actitud de montar sobre un perro y lleva en su mano derecha una paloma; es sabido que la pintora representaba con frecuencia figuras humanas con sus mascotas. También va vestido con ropajes ricos, incluyendo un gran sombrero de ala ancha. El perro es corpulento, con grandes orejas y patas cortas. Predominan los colores marrones, amarillos, rojos, blancos y grises. La escena está situada en un exterior y es de estructura triangular. En los planos del fondo aparecen árboles y matorrales. Es un óleo sobre lienzo de 28 por 35 cm, de 1561 (Fig. 7).

Figura 7. Niño y perro (Bibius Vincit).

En el Retrato de Juana de Austria con su hija aparece Juana de Austria y su hija de unos seis años de edad. Ambas posan para la pintora y la miran fijamente en una actitud manierista, típica del final del Alto Renacimiento. La madre de pie lleva un abanico en su mano izquierda y su mano derecha la coloca en el hombro de la pequeña. Sus vestidos son los propios de la nobleza española de la época: negro para la madre, con un colgante sobre el pecho y un tocado en la cabeza de color blanco.

La niña también está de pie y lleva tres flores en su mano derecha y un vestido con botonadura hasta los pies. También porta una diadema en su cabeza. En el fondo hay una ventana a través de la cual se divisan los celajes del exterior. La luz se recibe de frente y los colores casi exclusivos son el negro, verdes en varias tonalidades y grises. La figura de la niña se ve también ampliamente reproducida en la obra de Sofonisba Anguissola en cuadros manieristas como: Infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela de 1570 y Retrato de Diana de Andouins y su madre de 1565. Data de 1561 y pertenece al Museo Isabella Stewart Gardner de Boston en Massachusetts, Estados Unidos (Fig. 8).

Figura 8. Retrato de Juana de Austria con su hija.

En el Retrato de niño y niña de la familia Attavanti, se muestran las figuras de dos niños de ambos sexos de unos siete u ocho años de edad en una composición estática. Ambos adoptan una actitud algo hierática y están aparentemente de pie. La niña coge con su mano derecha a su hermano por el hombro. Es una obra de tres cuartos corporales y las extremidades superiores solo se representan en parte.

El niño porta en su mano izquierda un libro abierto de tapas negras y lleva como única prenda una camisa de cuello cerrado. La niña lleva un vestido a la usanza, con una camisa de color blanco y un peinado con diadema, al igual que otras niñas y damas de otras obras de la pintora. Los rasgos faciales de ambos son correctos, así como el resto de las proporciones corporales representadas. El fondo del cuadro está ocupado por el color negro. El resto de colores que aparecen son: rojo, verde, amarillo y blanco. La obra, de 1580, es un óleo sobre lienzo de 40 por 40 cm y pertenece al Allen Memorial Art Museum de Oberlin, de Ohio, Estados Unidos (Fig. 9).

Figura 9. Retrato de niño y niña de la familia Attavanti.

Bibliografía

– Sebastián J. Imágenes femeninas en el arte de corte español del siglo XVI. Tesis doctoral. Universitad de Valencia. 2005.

– Sofonisba Anguissola. Wikipedia. Consultado en enero de 2019. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Sofonisba_Anguissola.

– Garrard MD. Here’s Looking at Me: Sofonisba Anguissola and the Problem of the Woman Artist. Renaissance Quarterly. Nueva York; 1994. p. 556-622.

– Perlingieri IS. Sofonisba Anguissola: The First Great Woman Artist of the Renaissance. Nueva York. Rizzoli. 1992.

– Kusche M. Sofonisba Anguissola en España. Archivo Español de Arte. Madrid; 1989. p. 391-420.

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