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PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº8 – DICIEMBRE 2019

Ricardo Sanz, entre el color y la luz

J. Fleta Zaragozano
Representación del niño

en la pintura española


J. Fleta Zaragozano

Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Zaragoza

Pediatr Integral 2019; XXIII (8): 430.e1 – 430.e5


Ricardo Sanz, entre el color y la luz

Ricardo Sanz es un pintor retratista y paisajista. Se le considera un exponente del “luminismo” en la tradición de Sorolla, aunque su obra refleja también influencias de los clásicos y de otros retratistas de renombre, como el estadounidense John Singer. Imprime una pincelada moderna y original que consigue reflejar con maestría los efectos de la luz, que se convierte en protagonista de sus cuadros.

Su vida, obra y estilo

Ricardo Sanz nació en San Sebastián, en 1957. Su vocación artística se forjó a través de su abuelo, propietario de la Galería de Arte La Perfecta, en la que conoció las obras de grandes artistas, como Sorolla, Zuloaga y Vázquez Díaz, entre otros. A los catorce años, comienza su formación como pintor con José Camps, al mismo tiempo que prosigue sus estudios hasta licenciarse en Historia por la Universidad de Deusto e Historia del Arte en Madrid. En París e Italia, continúa su aprendizaje con destacados pintores de la época. Finalmente, fija su residencia en Madrid, ciudad en la que vive y tiene su estudio desde 1980. Muy vinculado a San Sebastián, en donde pasa largas temporadas.

Su pintura es el resultado de diferentes tendencias pictóricas. Sus primeros cuadros están inspirados en los impresionistas vascos y franceses, en gamas de colores suaves y grises y en los que está presente, casi siempre, la atmósfera húmeda de su ciudad. En Madrid, se nutre de los pintores clásicos, como Velázquez, Van Dyck o Rembrandt, y de toda la pintura del XIX de la Escuela Española. Al mismo tiempo, conoce a los grandes pintores figurativos y retratistas españoles del momento como: Revello de Toro, Macarrón, Torrents Lladó y Antonio López, lo que le sirvió para enriquecer su espíritu artístico y sus conocimientos al más alto nivel de la pintura figurativa.

Su obra madura con un aire moderno y renovador, mezclando una composición exquisita, con una técnica depurada y un especial dominio del color y la luz. En sus obras, siempre predominan los colores violetas o naranjas (fríos y cálidos) para aportar esa vibración a sus pinturas y evitar esa oscuridad tenebrosa de la que huye en sus trabajos. Procura evitar el blanco puro en sus lienzos, por lo que imprime en ellos, antes de pintar, un tono medio.

Su obra se ve polarizada por el cultivo de determinados temas que aborda con gran maestría. Destaca el retrato, tanto de adultos como de niños de cualquier edad; entre estos, se incluyen familiares y conocidos, aparte de personajes importantes e ilustres de la sociedad vasca y madrileña, personas de la realeza, aristocracia, políticos y del mundo de la cultura. Son frecuentes los retratos de niños en compañía de sus madres o familiares en el dormitorio de casa, sobre el sofá o un sillón, a veces acompañados por sus mascotas; entre estos, destacan: Ana Arjona con su nieto Diego, Después del desayuno, Leyendo un cuento y Complicidad femenina, entre otros. Ricardo Sanz es el autor del primer retrato oficial de los Príncipes de Asturias, cuadro de gran formato que podemos considerar como histórico. Según cuenta el pintor, ha tenido el placer y el honor de pintar a S.M. el Rey y a su familia en varias ocasiones.

Posee un estilo pictórico que transmite un aire moderno y renovador, con grandes dosis de delicadeza y serenidad. Se decanta especialmente por los lienzos de gran tamaño, utilizando formatos que superan el metro. En sus obras de gran tamaño, comienza el trabajo con la realización de un boceto a carboncillo y en los trabajos de formato pequeño, directamente comienza con la pintura.

También domina el desnudo femenino, logrando una perfecta armonía anatómica y ambiental, no exenta de erotismo. Además, destacan sus pinturas relativas al folclore de la tierra vasca, representando poxpolinas, e incluso representando al de otras regiones españolas, como los cuadros bailando flamenco; algunas de estas pinturas representan a niños de ambos sexos, solos, en grupo o en familia y en muy distintos ambientes.

El paisaje es importante para Sanz, tanto el urbano como el del campo y la playa. Son muy numerosos los cuadros en los que se observa a niños en estos ambientes. Logra expresar fielmente el día a día de San Sebastián, pinta la lluvia y la humedad del suelo y lo logra con el dominio del color más adecuado, las sombras y el reflejo de la luz. El paisaje de la playa nos retrotrae a un Sorolla característico y mediterráneo, a pesar de estar en Ondarreta. Sus cuadros y paisajes, ambientados en las playas, así como los realizados en ambientes urbanos, como por ejemplo: Días de lluvia en palacio o Lluvia en los relojes, e incluso Paseo de Ondarreta, se asemejan mucho a los realizados por el aragonés Joaquín Pallarés (1853-1935), caracterizado por cuadros preciosistas de luminoso colorido ambientados en París, como por ejemplo: Una plaza animada en París o Parque Monceau. En todos ellos aparecen niños de su época, de diferentes edades, con fondos y colores semejantes.

Ha obtenido destacados galardones, como el Premio Nacional de Cultura Viva, el Premio de la Fundación Goya, o la Medalla Paul Harris, que le concedió la Fundación Rotary Internacional. Ha realizado numerosas exposiciones en España y en el extranjero. Cabe destacar las realizadas en la Galería Santiago Echeberría y la Galería Sokoa, ambas en Madrid, y en la Galería Echeberría de San Sebastián. En 2019, expone en el Centro Cultural Casa de Vacas en el Parque de El Retiro de Madrid.

Sus cuadros con niños

En su faceta de retratista, demuestra intuición psicológica mediante una pincelada precisa y elegante que sumerge su obra en una atmósfera de naturalidad. El pintor refleja en su obra gran cantidad de cuadros con el protagonismo exclusivo de los niños, casi siempre en el ambiente de su ciudad de nacimiento: San Sebastián.

La composición Nieves Segovia y su hijo Enrique incluye el retrato de cuerpo entero de una madre con su hijo, aunque el artista nos ha ocultado los pies de ambas figuras. Tiene una estructura triangular y destaca la pose risueña de ambas personas. La madre está sentada sobre un sofá, una de sus manos se apoya sobre el mueble, a la vez que coge el brazo de su hijo. Con la otra mano abraza a su hijo por la cintura. Melena rubia, facciones de la cara muy agradables. Lleva un anillo en el cuarto dedo de la mano derecha, un vestido largo y un tul que lo cubre de color negro.

El niño, de unos ocho o nueve años, está de pie, ligeramente inclinado hacia adelante y apoyado, a su vez, en el respaldo del sofá. Lleva camisa blanca y pantalón corto de color claro. Su cabeza está apoyada sobre su mano derecha. Como su madre, el niño posa complacido para el pintor y mira hacia el espectador. Dominio de los colores, que son, preferentemente, negros, amarillos y blancos. Anatómicamente, son figuras perfectas, delimitadas por pinceladas sueltas e inacabadas, lo que se aprecia muy bien en los trazos del sofá y la parte inferior de las figuras representadas. Es un óleo sobre lienzo de 116 por 89 cm (Fig. 1).

Figura 1. Nieves Segovia y su hijo Enrique.

El retrato Eduardo y Lorena representa a dos sobrinos del artista. En un ambiente de fondo oscuro, aparecen los dos niños, un osito de peluche y un sofá. El niño mayor puede tener unos diez años de edad, está de pie, con el cuerpo torsionado, una pierna apoyada en el reposabrazos del sillón y mirando al pintor. Lleva una camiseta muy llamativa de color blanco y rayas azules y un pantalón corto de color blanco. Los detalles de la cara son normales, los dedos de su mano están perfectamente dibujados y los pies, como es muy frecuente en nuestro pintor, no están dibujados.

La niña, de menor edad, está sentada sobre un sillón y mira hacia el espectador sonriendo, con la cabeza ligeramente inclinada. Tiene en sus brazos a un osito de juguete, lo cual también es frecuente en este tipo de retratos de niños de Sanz. En este caso, a la niña se le ven los zapatos. Vestido rosa y peinado con un lazo rojo, al igual que el lazo que lleva el osito en su cuello. Trazos sueltos y luz frontal. La obra es de 1996. Se trata de un óleo sobre lienzo de 116 por 89 cm (Fig. 2).

Figura 2. Eduardo y Lorena

La familia Fernández Ordóñez nos permite conocer otro tipo de retratos de Sanz: es el retrato de la familia completa, en un ambiente abierto, como es el campo. Aparte de otras personas mayores y adolescentes que hay en la imagen, pueden verse cinco niños de corta edad, uno de ellos es un recién nacido y el mayor puede tener cinco años, aproximadamente. El niño de la izquierda, de unos dos años, está de pie, junto al tronco del árbol y lleva una raqueta en su mano; en el centro del cuadro hay una niña, también de pie, de un año aproximadamente y lleva un muñeco en su mano. Más a la derecha hay otra niña de varios años, sentada sobre el césped y un niño de unos dos años, también de pie, junto a una pelota.

Una persona mayor sentada junto a la mesa sostiene en sus brazos al niño más pequeño, que puede tener dos o tres meses de edad. Todos posan para el pintor, a quien miran con una leve sonrisa. Las proporciones corporales, tanto de los adultos como de los niños son correctas, aunque dada la distancia en que el pintor ha colocado a las figuras, no nos permite ver los detalles anatómicos de las caras. Colores cálidos y fríos, con predominio de los verdes, blancos, amarillos, azules y rosas. Perfecto tratamiento de las luces y de las sombras. Fondos verdes para segundos y terceros planos, entre los cuales se incluye un perro. Escena campestre muy común en algunos pintores españoles contemporáneos. Data del año 2000. Es un óleo sobre lienzo de 175 por 230 cm (Fig. 3).

Figura 3. Familia Fernández Ordóñez.

En Preparando el desfile, aparece un grupo de niños uniformados de alabarderos al estilo del siglo XVIII y XIX; es muy parecido al grupo de niñas que aparecen en el cuadro Poxpolinas en claros. Se trata de folclore vasco, representado desde el siglo pasado, debido al interés del sacerdote donostiarra Ramón Laborda, que lo impulsó y generalizó a partir de 1933. Su finalidad era la de educar a los niños en el canto, el teatro y el baile.

En este caso aparecen seis niños varones de unos diez a doce años, ataviados típicamente, preparados para el desfile y ensayando los toques de tambor. Llevan casacas, gorros y botas, además de una banda blanca que cruza la casaca y un tambor cada uno. Solo se visualiza la cara de todos ellos, que es muy parecida, con detalles anatómicos agraciados y mirando al pintor algunos de ellos. Las manos las llevan enguantadas.

La escena se desarrolla en un exterior, y en suelo mojado. Los colores predominantes son los azules, blancos, rojos y marrones. La escena nos recuerda los cuadros bélicos realizados por Ferrer-Dalmau (1964), el pintor de las batallas, aunque en este caso el pintor trata de pintar escenas reales. Data de 2002 y es un óleo sobre lienzo de 116 por 89 cm (Fig. 4).

Figura 4. Preparando el desfile.

Poxpolinas en claros es otro de los múltiples retratos en grupo que Sanz realizó. En este caso, se observan seis niñas de unos diez años de edad que se están preparando para iniciar una actuación o algún tipo de baile regional, en este caso del País Vasco. Las niñas están sobre un escenario escalonado en dos planos diferentes.

En el primer plano aparecen dos niñas sentadas sobre un escalón, una de ellas se está abrochando el botón de la camisa y la otra ajustándose la media de su pierna izquierda. Detrás de estas y a la izquierda, aparece una niña de pie, que se está atando el cinturón por su parte posterior, y en el centro, una niña sentada atándose el cordón de una de sus zapatillas. Más a la derecha, hay dos niñas que le están arreglando el pelo y el gorro a la niña que está sentada. En el suelo hay dos zapatillas.

Varias características peculiares destacan en esta obra: una, es que ninguna niña mira hacia el espectador, todas están absortas en su labor; otra, es la actitud dinámica que adoptan cada una de las figuras, no posan, todas hacen algo que les motiva. Ataviadas típicamente, hay gran uniformidad en los vestidos, como corresponde a un grupo folclórico de este tipo: camisas blancas, gorro y medias del mismo color, y falda de color amarillo, con dos bandas negras paralelas horizontales en la parte inferior de la falda. Se suele denominar poxpolina a una persona linda, graciosa y pequeña o bien nombre con el que se denomina cariñosamente a las niñas en esa zona del país. El pintor tiene otras obras sobre este tema pero con distinta indumentaria.

Hay un tratamiento especial de la luz: en efecto, la luz brota violentamente de un ventanuco, parcialmente tapado, que hay en la parte superior izquierda de la estancia, que está en penumbra. Colores amarillos, marrones y blancos. Fondos azules en tonos oscuros. Se trata de un óleo sobre lienzo de 162 por 130 cm y data de 2010 (Fig. 5).

Figura 5. Poxpolinas en claros.

El cuadro Desnudo con niño nos muestra a una mujer desnuda, posada sobre una cama. Solo la cubre un tul de color negro, que impide que se visualicen los pechos, cintura y pelvis. No obstante, se adivina una anatomía perfecta. Mira hacia su izquierda para observar al niño pequeño que hay a su lado. De su mano derecha pende una muñeca. Es uno de los desnudos típicos de Sanz.

El niño, de sexo indeterminado, debe tener alrededor de un año de edad, ya que se mantiene sentado perfectamente. Cabello rubio y abundante para su edad, mira a su madre e intenta tocarla con su mano derecha. Lleva un vestido de tirantes en color rosa, del mismo color que el vestido de la muñeca. Las características de la cara, ojos, oreja, nariz y boca son normales y proporcionadas. Se trata de una maternidad llena de ternura. Colores amarillos, blancos y negros para las figuras y negros y naranjas para los fondos (Fig. 6).

Figura 6. Desnudo con niño.

El retrato del rey Felipe VI con su hija primogénita, la princesa de Asturias, nos muestra a ambos posando para el pintor. Es un retrato de cuerpo entero. El rey, de pie, flexiona levemente su pierna derecha y lleva una mano en el bolsillo, la otra no se visualiza. La princesa, doña Leonor, de 14 años, mira también al pintor con una postura algo rígida pero sonriente. Lleva melena rubia, chaqueta y vestido corto. Da la sensación de que lleva medias y guantes, ya que es el color blanco el que el pintor ha querido dar a estas partes del cuerpo, que contrastan con el color natural de la cara y el cuello. La bandera de España completa la composición. Es uno de los mejores retratos realizados para la familia real por pintores españoles, de una gran naturalidad y muy expresivo, destacando la serenidad del Rey y la dulzura de la princesa.

Este cuadro fue pintado por encargo del prestigioso Club Siglo XXI de Madrid. El retrato ha sido realizado al carbón, terminando al óleo las partes más importantes, principalmente los rostros, para dar una mayor fuerza expresiva y resaltar la mirada. El fondo se ha resuelto con unas pinceladas muy sueltas y sutiles, sobre todo en color blanco. Data de 2019 y mide 190 por 120 cm (Fig. 7).

Figura 7. S.M. el Rey Felipe VI con S.A.R. la Princesa de Asturias.

Bibliografía

– MDO. Madridiario. 26 de mayo de 2011. El lenguaje de la luz de Ricardo Sanz. [Consultado el 3 de septiembre de 2019]. Disponible en:
http://www.madridiario.es/2011/Mayo/madrid/madcultura/203126/lenguaje-luz-ricardo-sanz-exposicion-galeria.html.

– Por Amor al Arte. Las hermosas pinturas de Ricardo Sanz. [Consultado el 2 de septiembre de 2019]. Disponible en: https://porelamoralarte.blogspot.com/2015/02/las-hermosas-pinturas-del-artista.html.

– Ricardo Sanz. Biografía. [Consultado el 3 de septiembre de 2019]. Disponible en: http://ricardosanz.com/biografia-ricardo-sanz/.

– Ricardo Sanz. [Consultado el 2 de septiembre de 2019]. Disponible en: http://ricardosanz.com/.

– Pintor Ricardo Sanz. [Consultado el 3 de septiembre de 2019]. Disponible en: https://www.pinterest.es/amdchu/pintor-ricardo-sanz/.

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