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PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº4 – JUNIO 2019

Quiero investigar, ¿cómo puedo hacerlo?

V. Martínez Suárez

Interés especial

 
 


V. Martínez Suárez

Servicio de Salud del Principado de Asturias. Grupo de Investigación de la SEPEAP

 

Pediatr Integral 2019; XXIII (4): 225e1–225e.4


Quiero investigar, ¿cómo puedo hacerlo?

Iniciarse en el mundo de la investigación clínica exige asumir una actitud intelectual, además de adquirir previamente una serie de habilidades (Tabla I).

Tras el “quiero investigar”, lo que aquí exponemos de forma concisa sería el principio del cómo. Evidentemente, luego tendremos que enfrentarnos de forma más amplia a todas y cada una de las etapas de ese proceso sistemático, organizado y objetivo de responder a una pregunta que propone la comunidad científica para alcanzar resultados relevantes(1,2).

Pasos para desarrollar una investigación

- El primer paso consistirá en “mapear” –identificar y catalogar– la dotación de recursos materiales, funcionales y humanos del medio en que se quiere llevar a cabo el trabajo (Tabla II).

- Ya como etapa operativa, tendremos que empezar a redactar un protocolo con su especificación metodológica (Tabla III)(3,4), que recoja cómo se va a realizar cada una de las partes y haga posible su replicación.

- Seguidamente debe recapitularse brevemente lo que se sabe sobre la materia de nuestro interés, lo cual exige analizar y resumir los antecedentes y las investigaciones que ya existen, construyendo un marco teórico(un “estado actual del tema”) que permita comprender y explicar de forma clara el problema que se quiere abordar. Eso nos ayudará a evitar errores cometidos en investigaciones previas y hará posible el enunciado correcto de la hipótesis que pretende comprobar, revelando además nuevas áreas de investigación y dando una referencia para interpretar los resultados que obtengamos.

- El planteamiento de este marco teórico obliga a una revisión bibliográfica en la que se recopilen y sinteticen las publicaciones más importantes y actuales con el fin de identificar cualquier vacío significativo de conocimiento. Para la gestión y organización de la literatura científica, hoy disponemos de programas informáticos gratuitos que nos ayudan a almacenar y recuperar las referencias, facilitándonos las tareas de citación y elaboración del apartado bibliográfico. Junto al ahorro en espacio físico y papel, los archivos digitales generados por estos programas permiten localizarlos cuando son necesarios y en un tiempo breve. Los programas basados en la web se han impuesto a los de escritorio, siendo los más usados Mendeley (www.mendeley.com) y Zotero (www.zotero.org). Evidentemente, entre las varias decenas disponibles, cada investigador debe de elegir inicialmente aquel que mejor se adapta a sus necesidades y sea utilizado por los colegas más próximos, lo que le ayudará a familiarizarse más rápidamente con su uso.

- Recabada y sistematizada toda la información, hemos de decidir qué preguntas podemos plantear y cómo convertirlas en un proyecto de investigación. Cuestiones de interés también pueden surgir a partir de la actividad asistencial diaria (Tabla IV).

Una buena pregunta de investigación debe ser pertinente y concreta. La pertinencia se valora en función del acrónimo FINER: factible, interesante, novedosa, ética y relevante. El que sea concreta y simplifique los pasos sucesivos de la investigación se facilita mediante la aplicación de los puntos definidos por las siglas PICOT: pacientes o población, intervención, comparación, objetivo y tipo de estudio/tiempo. Una pregunta adecuada debe permitir formular la hipótesis base del estudio y describir sus objetivos.

- La calidad y fiabilidad de una investigación están influidas de manera decisiva por la selección de un diseño de estudio, que tendrá que responder correctamente a los objetivos propuestos. El tipo de estudio ha de ser fijado antes de comenzar otras tareas y su elección debe basarse no solo en consideraciones científicas (naturaleza de la pregunta, finalidad de la investigación, secuencia temporal, control del factor de estudio), sino también en cuestiones relacionadas con los recursos (de personal y financieros), la capacidad del equipo y la viabilidad. Según que se manipule la exposición o no, básicamente existen dos tipos de diseños: ensayos clínicos y estudios observacionales (de corte transversal, de casos y controles, de cohortes).

- Tenemos que describir la población accesible y susceptible de entrar en el estudio (marco muestral), procedente de la población diana a la que queremos extrapolar nuestros resultados. Para pasar de esta a aquella disponemos de dos clases principales de muestreo: probabilístico (mediante proceso aleatorio) y no probabilístico (según criterios definidos por los investigadores). La explicación sobre la elección preferente de uno u otro tipo aparece recogida en la tabla V.

El definir el tamaño de la muestra y el método de selección de las unidades de análisis es otro punto clave en el proceso de investigación, ya que dependiendo de éste será posible generar inferencias o generalizaciones fiables a toda la población. Existen dos modos diferentes de calcular el número de casos a seleccionar, según que nos interese una estimación de parámetros poblacionales (de una proporción o, menos frecuentemente, de una media) o un contraste de hipótesis. Para cualquiera de los planteamientos pueden ser necesarios otros parámetros, pero al menos tendremos que considerar el tamaño de la población que se desea estudiar, teniendo en cuenta el porcentaje esperado de datos o pacientes que se pierden en el estudio (de “no respondedores” en las encuestas). Y además fijar el nivel de confianza o seguridad (1-α: probabilidad de que los resultados de investigación sean ciertos; habitualmente es del 95%) y la potencia (1-β: probabilidad de detectar una diferencia cuando en realidad existe; la más común del 80%). Con esto podremos conocer el número de individuos necesarios mediante fórmulas (cálculo manual) o mediante alguna de las calculadoras “on-line”, como los programas gratuitos y de acceso libre Epidat® (https://www.sergas.es/Saude-publica/EPIDAT-4-2) o el Granmo® (https://www.imim.cat/ofertadeserveis/software-public/granmo/), pensado para usuarios “no especialistas” y para realizar estimaciones sencillas y de forma rápida.

- Otro aspecto a decidir respecto a los sujetos de la investigación será el de los criterios de inclusión, que han de enumerarse de manera que permita a una tercera persona reproducir el estudio o juzgar si un determinado paciente estaría incluido en él. También los criterios de exclusión deben establecerse a priori, partiendo de que ciertas condiciones constitucionales, patológicas, geográficas o sociales pueden distorsionar el valor de los resultados finales.

- A continuación es necesario delimitar las variables (nombre, definición “validada”, instrumento de medida, categorías, codificación) y planificar sus mediciones. Las variables deben ser tantas como resulten necesarias y las menos posibles. En la especificación de la recogida de datos ha de reflejarse el quién, cómo, dónde y cuándo, introduciéndose los mismos en una base diseñada a tal fin, bien organizada y de fácil manejo(6). La importancia de este apartado puede resaltarse aludiendo al llamado síndrome GIGO (Garbage in, garbage out), que alude a que si los datos son mal introducidos, son incorrectos, defectuosos o no siguen los estándares de uniformidad el producto resultante será confuso, incompleto o erróneo. De cada elemento de investigación se pueden registrar diversas variables (una columna por cada variable, una fila por cada sujeto). Para pocas variables es posible utilizar Excel® como base de datos; en investigaciones complejas es preferible una base tipo Access®, más completa y que permite almacenar y gestionar tablas, formularios, informes y va a impedir la inclusión de datos erróneos. Algunos investigadores introducen los datos directamente en el programa estadístico.

- El análisis de los datos se planificará empezando por la estadística descriptiva y siguiendo por la analítica (bivariable y multivariable), con estimación de medidas de riesgo, impacto, validez o precisión y contrastes de hipótesis. El análisis descriptivo contempla las medidas de frecuencia de variables discretas y medidas de centralización y dispersión de variables continuas (media y mediana; desviación típica/ rango intercuartílico). Asimismo, cuando proceda, se incluyen aquí la estimación de medidas de frecuencia de enfermedad (prevalencia, incidencia acumulada, densidad de incidencia, etc.). Los valores estadísticos analíticos recogen la comparación entre variables o grupos. Todas las estimaciones deberán acompañarse de sus intervalos de confianza del 95%. Una duda que puede presentarse es qué programa estadístico utilizar. Sin duda, el más potente y actualizado que se pueda. Aunque existe una amplia variedad, SPSS® es el más usado en todos los niveles y R” Software® es muy versátil, seguro, gratuito (se descarga en http://cran.r-project.org/) y se actualiza continuamente. Cada técnica de análisis exige unas condiciones de aplicación específicas; si no se conocen es mejor dejar este apartado en manos de un experto. Atendiendo a criterios de claridad y orden, existe una lógica y una forma más adecuada de manejar los datos, aprovecharlos y presentar los resultados (texto, tablas, diagramas, gráficos) que ayudarán a su relación e interpretación(7).

- Deben declararse las limitaciones reconocidas del proyecto según el tamaño muestral (falta de potencia estadística), la sistemática de muestreo (sesgos de selección), las variables medidas (sesgos de clasificación) o el análisis (sesgos de confusión o interacción).

- Es conveniente detallar el cronograma previsto para cada fase del estudio, incluyendo la de análisis y explotación de resultados. Otro requisito habitual en las memorias es el reparto de tareas de los colaboradores.

- El estudio piloto puede ser necesario para poner a prueba el nivel de ensamblaje de todos los pasos, el funcionamiento de los métodos técnicos y la preparación del equipo en la recogida de datos. En los estudios mediante encuestas ayudará a estimar el tiempo necesario para responder, la dificultad de su cumplimentación y la comprensión por parte de los encuestados. Se realiza sobre un número reducido de pacientes, habitualmente entre el 2 y el 10%.

- Un punto esencial de cualquier investigación es el cumplimiento de los aspectos éticos (Tabla VI), siendo recomendable contar con un documento de consentimiento informado dirigido a los participantes y con la aprobación por el Comité Ético de Investigación Clínica correspondiente.

Asimismo, debe hacerse una declaración de confidencialidad de los datos personales a utilizar y detallar los procedimientos que han de garantizar su seguridad.

- En cuanto a la difusión de los resultados, todos los trabajos de investigación deberían pasar sucesivamente por tres etapas: exposición ante el grupo de trabajo o servicio, comunicación en un congreso y finalmente publicación en una revista. La arquitectura de los manuscritos remitidos como trabajos originales mantendrán la tradicional estructura IMRAD (Introducción, Material y Métodos, Resultados y Discusión). Generalmente, los estudios aportan un pequeño resumen (150-200 palabras), que mantiene la estructura del artículo y permite su repaso rápido en las bases de datos.

- Cada etapa debe revisarse en busca de posibles errores (Tabla VII)(8).

No está de más recordar que existe una ética de la investigación y la publicación responsable que el que se inicia en este campo debe conocer(9). Finalmente, ha de considerarse la posibilidad de extender la idea de nuestro estudio a otros ámbitos y centros, compartir los planes de investigación con otros grupos y la participación en redes especializadas (Tabla VIII).

Bibliografía

1. Martínez V, Molinuevo I, Rodríguez E, Rodríguez J. Cómo dar a conocer nuestro interés investigador (Parte I). Contenidos de un Proyecto de Investigación y recomendaciones para su elaboración. Vox Pediatr. 2011: 18: 51-6.

2. Argimón Pallás JM, Jiménez Villa J. Métodos de Investigación clínica y epidemiológica. Segunda edición. Ed. Harcourt. 1999: 79-82.

3. Díaz J, Ordaz T, Roviralta JE. Guía Metodológica de Investigación en Ciencias de la Salud. Instituto Nacional de Gestión Sanitaria. Colección Editorial de Publicaciones INGESA 2010. Disponible en: http://www.ingesa.mscbs.gob.es/estadEstudios/documPublica/internet/pdf/Guia_Metodologica_Inv_CCSS.pdf

4. Martínez V. How to conduct a research project: from conception to presentation. En La Pédiatrie hier, aujourd´hui, demain ici et ailleurs. Recuil des communications. Strasbourg. 2012. 171-3.

5. Pérez D. Nuevos programas informáticos para gestión de referencias bibliográficas. Bol Pediatr. 2014; 54: 173-82.

6. Ochoa C, Molina M. Estadística. Tipos de variables. Escalas de medida. Evid Pediatr. 2018; 14: 29.

7. Ortega E, Ochoa C, Molina M. Representación gráfica de variables. Evid Pediatr. 2019; 15: 13.

8. Martínez V, Rodríguez J, Rodríguez E, Molinuevo I. Cómo dar a conocer nuestro interés investigador (Parte II): Consejos útiles y errores frecuentes. Elaboración del Curriculum Vitae. Vox Pediatr. 2011; 18: 57-60.

9. Martínez V. Veracidad académica y científica. Pediatr Integral. 2018; XXII (7): 343.e1–343.e6.

Bibliografía recomendada

- Manual de iniciación a la investigación en pediatría de Atención Primaria de la SEPEAP. Coordinador Venancio Martínez, Ergón, Madrid 2011.

- Martínez V. Guía para la elaboración de un proyecto de investigación. Pediatr Integral. 2010; 13: 14-5.

- Molina M, Ochoa C. Tipos de estudios epidemiológicos. Evid Pediatr. 2013; 9-53.

- Ochoa C, Molina M. Estadística descriptiva. Evid Pediatr. 2018; 14: 43.

- Martínez V. La pediatría en el marco de la ciencia. Pediatr Integral. 2014: 501-6.

 

 

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