Crítica de libros |
Crítica de libros
CUIDADOS DE LA PIEL DEL NIÑO SANO
Dr. Luis Sánchez Santos – Pediatra y Prof. Asociado de la Universidad de Santiago de Compostela
Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP). 2016
El encontrar en una sola publicación, todo lo que va a interesar al pediatra sobre la piel del niño sano, es motivo de indudable satisfacción. El autor, como experto pediatra y docente universitario, ha sabido coordinar magistralmente a un distinguido grupo de colaboradores, auténticos responsables de cada uno de los capítulos, tan eficaz y didácticamente llevados a cabo.
La amena lectura del texto nos va a llevar, en un aparentemente fácil paseo, por toda la fisiología, patología y tratamiento de todo lo referente a la piel del niño sano y más habitualmente motivo de consulta para el Pediatra, sobre todo en el ambiente extrahospitalario, pero sin olvidar su relación con los imprescindibles problemas de ámbito hospitalario.
Las características y cuidados de la piel del Recién Nacido, con especial referencia a la vigilancia del ombligo y al área del pañal, con una muy acertada valoración del estado de la hidratación en el comienzo de la vida, nos animan a continuar avanzando en el texto.
La reparación de lesiones menores en la piel del niño: gran misión del pediatra en el día a día como fruto de la incansable actividad durante estos años de infancia.
Un muy interesante capítulo sobre Fotoprotección, con marcada actitud preventiva ante el cáncer cutáneo, va a mantener nuestro interés lector.
Los cuidados del cabello durante la edad pediátrica, de muy recomendable repaso, nos van a llevar a un último capítulo, eminentemente práctico, sobre los vehículos y galénicas, utilizados en dermoprotección pediátrica: valoraremos las diferencias entre cremas, pomadas y ungüentos para la más adecuada prescripción farmacológica.
Libro, pues, tremendamente práctico, didáctico y recomendable para todos los profesionales relacionados con el cuidado de la salud del niño –de la piel en este caso–, con el pediatra como máximo responsable, sin olvidar a familiares y educadores.