10 Cosas que deberías saber sobre…alimentación complementaria |
E. Pérez Costa, D. Rodríguez Álvarez, E. Ballesteros Moya, F. Campillo i López
Se considera alimentación complementaria (AC) a todo aquel alimento diferente de la leche materna o la leche de fórmula. Un sinónimo utilizado internacionalmente es el de “Beikost”, que puede traducirse como: “más allá de”. Durante los primeros 6 meses de vida, las necesidades nutricionales están totalmente cubiertas con lactancia materna o en su defecto con una fórmula adaptada.
La introducción de alimentos distintos a la leche materna o adaptada debe hacerse de forma gradual, a partir de los 4-6 meses, en los niños con lactancia mixta o artificial y, a partir de los 6 meses, en los niños con lactancia materna exclusiva continuando, si se desea, con la lactancia materna a demanda hasta los 2 años.
No existe evidencia sobre cuál debe ser el primer alimento a introducir diferente a la leche. Se debe individualizar cada caso en función de la situación de cada paciente y de las preferencias familiares. En los niños con lactancia materna exclusiva, que inician AC a los 6 meses, se pueden introducir los cereales con gluten de entrada.
La ESPGHAN recomendó introducir los cereales con gluten (trigo, avena, centeno o cebada) no antes de los 4 meses y no después de los 7 meses. En la actualidad, existen controversias sobre si la introducción del gluten en esta franja de edad, previene la aparición de enfermedad celíaca en individuos genéticamente predispuestos. Parece claro que la introducción debe ser antes de los 7 meses.
Las frutas y verduras se ofrecerán normalmente maduras y trituradas en forma de papilla. En las últimas recomendaciones, no se aconseja retrasar las frutas potencialmente más alergénicas (kiwi, melocotón, fresas…), ya que no se ha demostrado que prevengan la alergia e, incluso, pueden mejorar la tolerancia. En cuanto a las verduras, ofrecer en forma de puré evitando, al inicio, las verduras de sabores fuertes (ajo, cebolla, espárragos…). Evitar las verduras con alto contenido en nitratos (espinacas, acelgas…) en los menores de 12 meses, por riesgo de metahemoglobinemia.
Se recomienda la introducción de carne a partir de los 6 meses, debido a su alto contenido en hierro (ternera, vaca), mezclado con patatas o verduras. Es preferible evitar el consumo de las vísceras hasta los 12-15 meses por el alto aporte de grasas y se debe tener en cuenta que, a veces, contienen hormonas, tóxicos y parásitos. Evitar el consumo de caza en menores de 6 años, por el contenido en plomo, ya que puede producir daños neuronales.
En cuanto al pescado, es preferible comenzar con pescado blanco (merluza,lenguado…) e introducir el pescado azul (salmón) a partir de los 12-15 meses, con un máximo de 1 vez por semana para evitar la acumulación de mercurio, que puede perjudicar el sistema nervioso en vías de desarrollo de los niños pequeños. Evitar el consumo de pez espada, cazón, tintorera y atún en menores de 3 años, así como el consumo de marisco por su contenido en cadmio.
El huevo es uno de los alimentos considerados, clásicamente, potencialmente alergénico. Se recomienda la introducción del huevo entero cocido, de manera precoz, una vez iniciada la diversificación alimentaria (el huevo crudo tiene alto poder alergénico por la ovoalbúmina que contiene). No se ha demostrado que retrasando la introducción del huevo se prevenga la aparición de alergia y dermatitis atópica e incluso puede aumentarla, según algunos estudios.
Se recomienda no introducir la leche entera de vaca hasta los 12 meses. Las leches de crecimiento permiten la transición entre la leche adaptada y la leche de vaca. A partir de los 6 meses, se debe asegurar un aporte de lácteos de 500 ml al día. Evitar la adición en la AC de sal, azúcares, así como de miel en los menores de 12 meses, por el riesgo, con este último, de intoxicación por botulismo.
Individualizar, en cada caso, según las costumbres familiares, estado nutricional y la maduración del niño. La introducción de la AC debe ser progresiva, dejando margen de 1-2 semanas entre la introducción de un alimento y otro para asegurar tolerancias y que el niño se acostumbre a los sabores. En los últimos años, se ha ido extendiendo el término “Baby-Led Weaning” (AC dirigida por el bebé). En función del desarrollo neurológico del lactante, utiliza sus propias manos, llevándose a la boca trocitos de alimentos blandos por sí solo en la cantidad que desee. Aunque tiene algún riesgo como el atragantamiento, parece que sería más fisiológico para el desarrollo del lactante, favorecer su autonomía y prevenir la obesidad.
Para saber aún más…
1. Agostini C, Decsi T, Fewtrell M, et al. Complementary Feeding: A commentary by the ESPGHAN Committee on Nutrition. J Pediatr Gastroenterol Nutr. 2008; 46: 99-110.
2. Dalmau J, Martorell A, y Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría. Alergia a las proteínas de la leche de vaca: prevención primaria. Aspectos nutricionales. An Pediatr (Barc). 2008; 68: 295-300.
3. Perdomo Giraldi M, De Miguel Duran F. Alimentación complementaria en el lactante. Pediatr Integral. 2015; XIX: 260-7.
4. Sánchez-García S, Cipriani F, Ricci G. Food Allergy in childhood: phenotypes, prevention and treatment. Pediatr Allergy Immunol. 2015; 26: 711-9.