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PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº1 – ENE-FEB 2019

Cryptosporidium spp. en pacientes pediátricos

J. de la Flor i Brú*, J. Marès Bermúdez**


C. García Pérez1, C. Coronel Rodríguez2, E. Díaz-Cano Carmona1, M. Ruiz Pérez De Pipaón3, M.D. González Soria4, M. Begara De La Fuente2, J. Aznar Martin3, M.C. Guisado Rasco4

1Pediatra MIR. Hospital Universitario Virgen del Rocío, Sevilla. 2Pediatra EBAP. Centro de Salud Amante Laffón. Sevilla. 3Servicio de Microbiología. Unidad de Gestión Clínica Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva (UGCEIMP). Hospital Virgen del Rocío. Sevilla. 4Médico de Familia. Sevilla. Distrito Sanitario de Atención Primaria Sevilla

Resumen

El objetivo de este artículo es exponer el manejo del cryptosporidium en nuestra área, Sevilla.
Se ha realizado un estudio observacional en pacientes con cryptosporidium spp., a partir de las muestras de heces estudiadas para parásitos en el Hospital Virgen del Rocío, entre los años 2015 y 2016. Durante dicho periodo, se realizaron 10.787 estudios de parásitos en heces (5.429 en 2015 y 5.358 en 2016). Dentro de todas las muestras estudiadas, el 12,97% fueron positivas (731 en 2015 y 668 en 2016), y de este porcentaje, el 4,8% correspondieron al cryptosporidium (33 en 2015 y 34 en 2016). Estas muestras pertenecen a un total de 41 pacientes. En lo referente al tratamiento, un 61% de dichos pacientes no recibieron, a un 12,2% se le recomendó probióticos y a otro 14,6% se le trató con metronidazol. Solo a un paciente se le prescribió paromomicina. La frecuencia de cryptosporidium en pacientes con parasitosis es muy baja y, generalmente, no requieren tratamiento para el cese de los síntomas. La mayoría de los pacientes tratados con antimicrobianos no utilizan el tratamiento más adecuado.

 

Abstract

The objective of this article is to present the management of cryptosporidium in the area of Seville. An observational study in patients with cryptosporidium spp. detected in stool samples for parasites, tested in the Virgen del Rocío Hospital was carried out between the years 2015 and 2016. During this period, 10,787 samples were analysed (5429 in 2015 and 5358 in 2016). Of them, 12.97% were positive (731 in 2015 and 668 in 2016), and of this percentage, 4.8% corresponded to cryptosporidium spp. (33 in 2015 and 34 in 2016). These samples belong to a total of 41 patients. Regarding treatment, 61% did not receive any, in 12.2% the use of probiotics was recommended and another 14.6% was treated with metronidazole. Only one patient was prescribed paromomycin. The frequency of cryptosporidium in patients with parasitosis is very low and generally does not require treatment. Most patients treated with antimicrobials did not receive the most appropriate treatment.

 

Palabras clave: Cryptosporidium spp.; Tratamiento

Key words: Cryptosporidium spp.; Treatment

 

Pediatr Integral 2019; XXIII (1): 52 – 55


Cryptosporidium spp. en pacientes pediátricos

Introducción

La criptosporidiosis es una enfermedad parasitaria, producida por especies del género Cryptosporidium, un protozoo descubierto por primera vez en biopsias de intestino de ratón en el año 1907(1). Sin embargo, no se le consideró como patógeno humano hasta 1976(2,3), tomando gran relevancia en 1982, como un parásito oportunista en pacientes inmunosuprimidos(4,6). También, empezó a tener importancia en el ámbito de la salud pública en 1993, a consecuencia de un brote epidémico por contaminación de aguas de consumo en Milwaukee, EE.UU.(5). En España, a partir del año 2009, se considera una enfermedad que debe ser notificada en la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica(8).

Existen más de veinte especies dentro de este género, siendo las que más se relacionan con la enfermedad humana: C. hominis y C. parvum. Su mecanismo de transmisión es fecal-oral, incluyendo la transmisión de persona a persona, de animal a persona y, también, la alimentaria y la hídrica (dado que es resistente a la cloración)(9). La población de mayor riesgo de transmisión son: niños menores de 2 años, contactos familiares, personas en contacto con animales y homosexuales(9). Pero las poblaciones más afectadas son los lactantes y preescolares, así como los sujetos inmunosuprimidos e inmunocomprometidos(6).

En relación a lo dicho previamente, las manifestaciones clínicas varían según el estado inmunológico del paciente:

• En pacientes inmunocompetentes, la infestación puede ser asintomática o manifestarse con sintomatología a nivel digestivo. Esto último cursa con diarreas, que se autolimitan a los 5-10 días, acompañadas, en algunas ocasiones, de náuseas, vómitos y dolor abdominal. Puede haber recaídas, a los días o semanas del episodio previo. En niños, la infección puede producir una diarrea persistente y tener un efecto adverso prolongado sobre el estado nutricional y el crecimiento(9).

• En pacientes inmunodeprimidos, puede cursar como una diarrea acuosa profusa, de tipo coleriforme. Además, puede asociarse con: colangitis, colecistitis, hepatitis, pancreatitis y afectación pulmonar(6).

El diagnóstico de Cryptosporidium spp.(7) puede llevarse a cabo mediante el estudio coproparasitario con técnicas de tinción, pero como la sensibilidad de la técnica es baja (60%), se recomienda el estudio de las muestras de tres días diferentes para aumentar la sensibilidad y seguridad hasta un 85-95%. Para la identificación de género, se pueden utilizar técnicas de detección de antígenos mediante inmunofluorescencia o enzimoinmunoensayos. Sin embargo, la identificación de especie requiere el uso de técnicas moleculares, como la amplificación y detección de ácidos nucléicos por PCR(10).

El enfoque del tratamiento para pacientes con criptosporidiosis depende del estado inmunitario del huésped, así como de la gravedad de los síntomas, solo justificándose el tratamiento con antimicrobianos, en caso de afectaciones graves o persistentes y pacientes inmunodeprimidos.

El tratamiento de elección es la nitazoxanida: durante 3 días, a dosis de 100 mg/12 h en niños de 1-3 años; a 200 mg/12 h en caso de niños de 4 a 11 años; y, a partir de los 12 años, a dosis iguales a las del adulto: 500 mg/12 h. El tratamiento alternativo es la paromomicina, a 25-35 mg/kg/día, dividido en 3 dosis durante 10-14 días, y la dosis de adulto son 500 mg, 4 veces al día, durante 14-21 días. En pacientes inmunocomprometidos, también se puede administrar un tratamiento combinado con nitazoxanida o paromomicina más azitromicina(6,11-13).

Objetivo

El objetivo principal de este estudio es conocer las características de la población afectada y el manejo de la criptosporidiosis intestinal en nuestra aérea. Para ello, se ha realizado un análisis descriptivo, transversal y retrospectivo de los datos registrados en la base de datos informatizada de estudios de parásitos fecales, realizados durante el período 2015-2016 del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Virgen del Rocío (HUVR), de Sevilla.

Material y métodos

El estudio se ha iniciado a partir de una base de datos realizada por el Servicio de Microbiología del HUVR correspondiente a los resultados totales y positivos del estudio de parásitos intestinales durante el período de enero de 2015 a diciembre de 2016. Posteriormente, se ha efectuado un análisis detallado de todos los resultados positivos para Cryptosporidium spp. dentro del grupo de edad de menores 15 años. Completando así, una ficha de cada paciente para generar una base de datos global del trabajo.

Análisis de datos

La recogida de datos se ha obtenido de las historias clínicas informatizadas de los centros de salud u hospital del sistema Diraya, hasta cumplimentar la ficha de cada paciente para el estudio y el análisis de los datos (Tabla I). La investigación de las características epidemiológicas se ha analizado estadísticamente a través de la aplicación informática de Excel 2013.

Aspectos éticos y de buena práctica

Este estudio se ha realizado de acuerdo con la legislación y recomendaciones vigentes para los estudios de investigación en niños y ha sido aprobado por el Comité de Ética de la investigación del sistema sanitario público de Andalucía.

Resultados

En el laboratorio de referencia del Servicio de Microbiología del HUVR, en el año 2015, fueron analizadas 5.429 muestras y 5.358 en el año 2016 (10.787 muestras en total), de las cuales el 13% fueron positivas para el estudio de parásitos (731 y 668, respectivamente). De la muestras positivas, el 4,8% corresponden a Cryptosporidium spp. (33 muestras en 2015 y 34 en 2016) (Fig. 1).

Figura 1. Diagrama de sectores de muestras analizadas. En negro, las muestras positivas para Cryptosporidium, correspondiente a 41 pacientes.

Estas muestras, pertenecen a un total de 41 pacientes, de los cuales el 81% son varones (33 varones y 8 mujeres). El rango de edad va desde los 10 meses hasta los 6 años, siendo el intervalo de edad más frecuente el de 1-2 años, correspondiendo al 43,9%; seguido de los 2-3 años, siendo este el 31,7% (Fig. 2).

Figura 2. Diagrama de edades.

Dichos resultados positivos correspondieron, sobre todo, a los meses de septiembre, octubre y noviembre (Fig. 3).

Figura 3. Polígono de frecuencias de los meses cuando se obtuvieron las muestras.

Referente a la clínica, 31 de los pacientes presentaban diarreas (9 de ellos asociaban, además, vómitos), uno estancamiento ponderal y no hay datos clínicos recogidos en su historia de los 9 pacientes restantes.

De los 41 pacientes: 6 fueron tratados con metronidazol (1 con metronidazol y probióticos), 6 con probióticos, uno con mebendazol, otro con azitromicina y otro con paromomicina. Dos pacientes no presentan en su historia clínica el tratamiento especificado. El grupo restante, 25 pacientes, no recibieron tratamiento (Fig. 4).

Figura 4. Diagrama de sectores de tratamientos administrados.

Posteriormente, se realiza un estudio control a partir de los 15 días, a 13 pacientes (31,7%), siendo todos ellos negativos. De ellos, solo 5 tuvieron tratamiento antiparasitario (3 metronidazol, 1 paromomicina y 1 azitromicina).

Discusión

Dentro de nuestro estudio, no se ha podido determinar cuál o cuáles han sido las especies más frecuentes dentro del género Cryptosporidium, dado que el análisis de heces realizado solo incluía el estudio coproparasitario con tinciones, y no técnicas de biología molecular.

En relación a un estudio previo comprendido entre los años 2010 y 2013, el porcentaje de muestras positivas para Cryptosporidium spp. con respecto al total de muestras positivas para parásitos intestinales en el Servicio de Microbiología del HUVR, ha descendido de un 10% a un 4,8%. Según otros estudios realizados en ciudades españolas, la tasa de incidencia está entre el 3 y el 10% en menores de 4 años(14-16).

Una limitación importante con la que nos hemos enfrentado es no poder presentar ni analizar todos los datos previstos de la ficha de cada paciente, por la insuficiente información recogida en sus historias clínicas. De los datos obtenidos, se ha podido observar que nuestra muestra tiene un predominio masculino y que la edad más frecuente es la englobada entre 1-2 años, concordando con la bibliografía(12,15,17) y con el informe anual de 2015 de los resultados de la Vigilancia Epidemiológica de las enfermedades transmisibles(8). Es cierto, que nuestro estudio de parásitos solo se realizó de forma activa en niños hasta los 5 años. Y en mayores de 5 años, solo se realizó en caso de inmunodeprimidos, viajeros o clínica de diarrea prolongada. El mes de mayor incidencia fue octubre, seguido de noviembre y septiembre, correspondiente a los meses de verano-otoño.

A pesar de ser una enfermedad de declaración obligatoria dentro del protocolo de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, en la mayoría de las historias clínicas revisadas, la información recogida sobre el proceso clínico fue escasa y tampoco se encuentra el motivo fundamental de la solicitud del estudio de heces. Concretamente, dentro de los pacientes tratados con antimicrobianos, ninguno presentaba un estado de inmunosupresión que justificara el uso de estos y, dentro de sus historias clínicas, no hay suficiente información sobre el cuadro clínico, la gravedad ni el tiempo de duración de este.

En España, no se comercializa nitazoxanida, pero sí su tratamiento alternativo con paromomicina. Sin embargo, dentro del 21,9% de los pacientes tratados con antimicrobiano, solo a uno de ellos se le prescribe paromomicina. Esto puede ser debido a que la presentación en solución de dicho fármaco presenta problemas de suministro, siendo poco accesible y solicitándose, en muchas ocasiones, como medicación extranjera. Con respecto a los resultados del estudio control, a todos a los que se le realiza, a partir de los 15 días se negativiza, tengan o no tratamiento administrado.

Conclusiones

La frecuencia de Cryptosporidium spp. en pacientes con parasitosis es muy baja y generalmente no requieren tratamiento para el cese de los síntomas. La mayoría de los pacientes tratados con antimicrobianos no reciben el tratamiento más recomendado. Por otro lado, se necesita mejorar los datos recogidos en la historia clínica, para justificar las pruebas complementarias y los tratamientos administrados.

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