Representación del niño
en la pintura española |
J. Fleta Zaragozano
Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Zaragoza
Pediatr Integral 2017; XXI (5): 365.e1-365.e4
Eduardo Macarrón, el pintor de familias reales
En España, es considerado el pintor oficial de la Familia Real. Desde que en 1967 pintara en Lausanne a la reina Victoria Eugenia, por su paleta han pasado casi todos los miembros de la familia. Ha retratado en numerosas ocasiones a los Reyes, así como al Príncipe de Asturias y a las Infantas. Sus cuadros, de distintas personalidades de la vida política, cuelgan como retratos oficiales en numerosos organismos públicos, además de haber retratado a personajes de la vida política, social y económica del país. Se le considera como un excelente retratista.
Su vida y su obra
Ricardo Macarrón Jaime nace en Madrid en 1926 y fallece en Segovia en 2004. Considerado por muchos un pintor de corte, por su paleta han pasado cuatro generaciones de Borbones, desde la reina Victoria Eugenia de Battenberg, al príncipe Felipe de Borbón y Grecia, además de otros personajes de la realeza europea, sobre todo de Gran Bretaña.
Procede de una familia de tradición artística. Su abuelo es el fundador de la Casa Macarrón, un importante almacén para artistas de Madrid. Su padre y su primo fueron los encargados de embalar las pinturas del Museo del Prado cuando comenzaron los bombardeos durante la Guerra Civil. Las llevaron inicialmente a Ginebra y posteriormente a Irún cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Juan, su padre, le matriculó en la Escuela de Artes Aplicadas para que aprendiera talla, restauración y dorado de marcos. Él no quería que su hijo se dedicara a la pintura porque consideraba que el negocio familiar ya le ofrecía una forma de ganarse la vida. Ignacio de Zuloaga convenció a su padre para que lo matriculara en Bellas Artes.
En la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando conoció a Alicia Iturrioz, también pintora, con la que posteriormente contrajo matrimonio. Su primer retrato lo realizó en 1943, cuando aún era estudiante, y el retratado era el pintor Joaquín Bustillo, aunque la obra que abre todos sus catálogos está fechada en 1944, titulada Después de la faena, de temática taurina. Con tan solo veinte años, obtiene el premio Duque de Alba para bodegones en el Salón de Otoño de Madrid. En el año 1948, obtiene la tercera medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes y, en 1949, una beca del Instituto Francés que le permite estudiar en París durante un año, residiendo en el Colegio de España. A su regreso, realiza su primera exposición individual en Bilbao y posteriormente, emprende un viaje por Europa que le permite estudiar la luz en la pintura holandesa y las distintas maneras de abordar el retrato como género. Obtiene la Medalla de Oro de la Dirección General de Bellas Artes. Su presencia artística se consolida mediante numerosas exposiciones en España, América y Europa.
En el año 1962, vuelve a ganar la primera medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes. A comienzos de los setenta, comienza una nueva etapa de formación en Bélgica, Dinamarca y Noruega, donde aprende un especial uso del color propio del arte nórdico. Es admitido en la Royal Society of Portrait de Londres tras pintar al niño Simón Berry, que fue presentado en la exposición de la Royal Society of Portrait Painters de Londres, y dado su éxito y su consolidado nombre como retratista, fue nombrado miembro de esta sociedad. Posteriormente, permanece algún tiempo en Londres pintando numerosos retratos, desde la reina Isabel II, pasando por la princesa Margarita o la duquesa de Kent. En París pintó, entre otras personalidades, a la princesa Grace de Mónaco. También ha retratado a la reina Noor de Jordania o a los Grandes Duques de Luxemburgo, entre otros soberanos.
Ha retratado a gran parte de los miembros de la Familia Real. En 1967 pintó a la reina Victoria Eugenia, en 1971 pintó a la condesa de Barcelona, en 1982 a Don Juan, cuyo retrato sirvió para ser reproducido en sellos en 1993. Ha retratado en numerosas ocasiones a los Reyes, así como al Príncipe de Asturias, a las Infantas y a sus hijos.
Sus cuadros, de distintas personalidades de la vida política, cuelgan como retratos oficiales en numerosos organismos públicos, además de haber retratado a personajes de la vida social y económica del país, como el empresario Ramón Areces o el banquero Emilio Botín, pasando por los barones Thyssen-Bornemisza o Salvador de Madariaga. Además de los cuadros realizados por encargos a personas particulares, su obra se expone en diversas pinacotecas, como el Museo Nacional de Arte Contemporáneo de Madrid, la Fundación Thyssen-Bornemisza, la Fundación Güell en Barcelona, Museo Denver (Colorado, Estados Unidos), Museo de la Universidad de Oslo, National Gallery de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y en las colecciones de las Casas Reales de España, Gran Bretaña y Jordania, del Gran Ducado de Luxemburgo y del Principado de Mónaco.
Los niños retratados
Son abundantes los niños y adolescentes retratados por Macarrón, especialmente los miembros de su propia familia, de familias potentadas, de la nobleza y de la realeza de diversos países. Como muestra comentamos los siguientes.
El retrato, Susana con vestido blanco, es uno de los muchos que el pintor realizó de sus hijas Susana, nacida en 1954, y Mónica, nacida en 1961. En este cuadro de Susana, se observa a la niña de cuatro años, de pie posando para el pintor, con un corto vestidito blanco con puntillas. Fondo oscuro de varias tonalidades. Fue realizado en 1958 y es un óleo sobre lienzo de 120 por 85 cm (Fig. 1).
Un año más tarde, el pintor realiza este cuadro de la misma hija: Niña con mandolina. Va ataviada con un pantalón largo ceñido de color rojo y un jersey de color verde. De pie y mirando hacia el frente. Lleva en su mano derecha una mandolina. Los fondos a juego con los colores de la figura son rojos en diferentes tonalidades. Data de 1959. Se trata de un óleo sobre lienzo de 130 por 90 cm (Fig. 2).
Otro retrato es de la niña Marta Barroso. En este caso la pequeña, de unos cuatro años, está sentada en un columpio en medio de un parque. Lleva un vestido corto en tonos oscuros con una banda de color rojo. Estos colores son semejantes a los que el pintor ha colocado en los fondos del cuadro. La pincelada es más suelta que en otras composiciones. Se trata de un óleo sobre lienzo de 81 por 65 cm y fue realizada en 1965 (Fig. 3).
Este lienzo está dedicado a su otra hija, Mónica: Mónica con el baby del colegio. La niña, de tres cuartos, está sentada y de frente. Lleva una bata colegial y entre sus manos un cuaderno escolar. Colores vivos y difuminados por el baby y fondos grises. Es un óleo en lienzo de 80 por 60 cm realizado en 1966 (Fig. 4).
Entre los diversos cuadros realizados a miembros de familias nobles y a la realeza destaca este sobre la familia Real de Luxemburgo: S.A.R la Princesa Sybille de Luxemburgo. Es un trabajo de pincelada suelta de una niña de unos cinco años, sentada en lo puede ser un jardín con flores. Es un óleo sobre lienzo de 92 por 73 cm pintado en 1972 (Fig. 5).
El siguiente cuadro es un tanto diferente a los anteriores, ya que el pintor ha querido reflejar a dos personajes anónimos: se trata de una Maternidad, de las varias que pintó el artista. Aparecen dos figuras, la madre, sentada en una silla que abraza a su hijo de unos cinco años. Miradas de tristeza y resignación, muy diferentes a las poses de los niños de casas nobles o hijos y nietos de reyes. Los colores en concordancia con las figuras representadas: negros y grises en diferentes tonos. Es un óleo sobre lienzo de 116 por 81 cm realizado en 1972 (Fig. 6).
En su línea habitual, el artista realiza el cuadro Borja Thyssen-Bornemisza unos años más tarde. El niño de unos diez años posa para el pintor de pie. Ataviado con chaqueta azul y pantalón rojo. También lleva corbata, calcetines largos y zapatos. Sostiene algo entre sus manos. El fondo se complementa con colores cálidos y fríos. Se trata de un óleo sobre lienzo de 162 por 97 cm y fue pintado en 1989 (Fig. 7).
Retrato de Froilán. Se trata de Felipe Juan Froilán de Todos los Santos, hijo de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar. Para toda España es Froilán, en esa época el niño más conocido del país, pero él dice que su nombre es Felipe, como les gusta a sus padres que se le llame. Una de las primeras palabras que aprendió a pronunciar fue su nombre. “¿Cómo te llamas?”, le preguntaban. Y él contestaba “Pipe”, su versión particular de Felipe, pronunciada con una determinación que tiene mucho que ver con su carácter enérgico, tierno y muy suyo.
Este retrato muestra a uno de los nietos del rey Juan Carlos I de España, precisamente el mayor. Su edad es de dos años, está de pie, de cuerpo entero y mira al frente, con mirada temerosa y expectante. Lleva pantalón corto y blusa a juego, en colores azul y blanco. Su mano izquierda sujeta a un caballito de juguete. En los fondos predominan los colores cálidos, rojos, amarillos y grises. Es un óleo sobre lienzo (Fig. 8).
Retrato de Juan Valentín, nieto del rey. Este es el primer cuadro del hijo de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín. Se necesitaron seis meses de trabajo, un tiempo parecido al que el artista tardó en culminar las pinturas del Príncipe Felipe, las Infantas Elena y Cristina, la gran duquesa María de Rusia y la princesa Sybille de Luxemburgo. Cinco minutos después de mostrar el cuadro a los padres de Juan Valentín, primogénito de los duques de Palma y quinto en la línea de sucesión al trono, Macarrón recibió a Crónica en su estudio madrileño. Por primera vez, se muestra en público el cuadro: el niño siempre ha sido un tema que me ha enternecido. Pero es dificilísimo trabajar con ellos, saben mucho más que uno, explica Macarrón. He pintado a Juanito con aro y no lo tenía en la mano, ha resultado imposible conseguirlo. Ha sido difícil para mí. Tardé hora y media en hacerle fotos para poder trabajar cuando no estuviese posando.
El nieto de los Reyes ha estado tres veces en el taller de Macarrón. La tercera, dice el artista, fue la más provechosa y en la que mejor se portó el pequeño: cuando viene se sienta en una banqueta pequeñita que tengo ahí. Yo le busco cosas para que se entretenga, o empieza a jugar con la niñera que le acompaña. Mientras él juega, yo le estoy mirando, le busco. Cuando necesito que me preste atención, me invento ruidos para que me mire directamente: saco un silbato que tengo especialmente para los niños, chasqueo los dedos para que me atienda, en fin, un millar de trucos que vas aprendiendo, porque también los niños reales son bastante difíciles, cuenta el maestro.
El niño tiene dos años y cuatro meses, también está de pie, de cuerpo entero, pantalón corto azul y camisa blanca de manga corta. El niño mira hacia el lado derecho. Lleva en su mano derecha un aro. Los fondos son de color rojo, grises y negros de diferentes tonalidades. En la figura aparece el cuadro del niño en su caballete fotografiado junto al pintor (Fig. 9).
Bibliografía
– VV. AA. Ricardo Macarrón. Ibercaja. Obra Social y Cultural. Zaragoza, 1999.
– VV. AA. Macarrón: exposición antológica de Ricardo Macarrón. Centro Cultural de la Villa. Madrid, 2001.
– Bozal V. Pintura y Escultura española del siglo XX. Summa Artis. Vol. XXXVI. Espasa Calpe. Madrid, 1992.
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– VV. AA. Diccionario de pintores y escultores españoles del siglo XX. Forum Artis. Madrid, 1995.
– Gómez F. Diccionario de Artistas Contemporáneos de Madrid. Arteguía. Madrid, 1996.