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PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº5 – JUL-AGO 2022

Jesús Sus, el reflejo de lo cotidiano

J. Fleta Zaragozano
Representación del niño

en la pintura española


J. Fleta Zaragozano

Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Zaragoza

Pediatr Integral 2022; XXVI (4): 322.e1 – 322.e4


Jesús Sus, el reflejo de lo cotidiano

Jesús Sus es pintor e investigador, doctor en Bellas Artes y Profesor Titular de Pintura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona. Ha realizado una extensa obra pictórica y numerosas exposiciones individuales en galerías e instituciones de prestigio nacionales e internacionales. Representa, sobre todo, a la mujer, los niños, las situaciones más cotidianas y el paisaje urbano.

Vida, obra y estilo

Jesús Sus Montañés nació en Zaragoza en 1945. Premio extraordinario fin de carrera, ha sido distinguido con dos primeros premios de pintura concedidos por la Dirección General de Bellas Artes, dos diplomas de honor en los Premios San Jorge de Pintura en Zaragoza, un diploma de honor en la Bienal Nacional de Pintura de Huesca, y obtuvo la Beca Pensión del Paular de Segovia concedida por la Dirección General de Bellas Artes.

Su vocación hacia la pintura le ha llevado a pintar continuadamente en una perpetua búsqueda y creación de la belleza, con una gran dosis de emoción y embelesamiento hacia el mundo que le rodea, sobre todo hacia lo efímero y transitorio, como el movimiento de la muchedumbre y los distintos humores de la naturaleza que se manifiestan en el declinar del día, con su fugaz luz dorada, o en el inexorable paso del tiempo reflejado en el otoño, invierno, primavera y verano.

Ha visitado diversos lugares de Oriente, especialmente Corea del Sur, motivo de inspiración de gran parte de su obra de tendencia realista y expresionista, meticulosa y llena de plasticidad y evocación. Por ello refleja en sus cuadros el gusto por la luminosidad, por el universo urbano y los paisajes. Le interesa el universo femenino y retrata a mujeres casi siempre en grupo, que van en autobús a la ciudad, que se ocultan bajo un paraguas o que simplemente caminan. También ha retratado a niños, adultos e incluso ancianos con relativa frecuencia.

Jesús Sus, que es un artista independiente de las ideologías de grupo y de pensamiento individualista y libre, que está más allá de las modas dice: “hay que aprender a mirar el mundo y el arte con atención, sin prisa, pues el arte no es algo ya hecho y listo para consumir, lo hacemos nosotros, los artistas, con nuestra capacidad imaginativa, afectiva y cognitiva, en nuestra vida interior. Creer que percibimos el reflejo de las cosas como son y que el saber académico solo sirve para copiar mejor ese reflejo, supone una posición iconoclasta y, además, no entender la pintura ni el problema perceptivo y representativo. El mito de la mímesis está totalmente superado en la pintura y en la investigación científica; en rigor, vivimos en un mundo incoloro e informe, el color, la forma y la espacialidad son una creación nuestra que tiene su evolución cognitiva propia”.

Su posición estética se centra pues en la construcción y representación de imágenes de contenido figurativo, pero concebidas de conjunto y unidas, no practicando las imágenes de tipo alucinatorio ni las de aislamiento perceptivo. Sobre esta idea, ha creado una línea de investigación que ha sido reconocida y valorada positivamente, de modo explícito y documentado, por sus aportaciones a la pintura en su continuada práctica de pintor, también por sus aportaciones a la Psicología Cognitiva y a la Escuela Formalista o Escuela de Viena, que es de donde vienen los métodos iniciales de dicha línea de investigación. Los reconocimientos mencionados han sido otorgados por el Ministerio de Educación de España, la Generalitat de Catalunya, la Institución Fernando el Católico (CSIC) y la Universidad de Barcelona, también por la crítica especializada.

De su actividad pública como pintor, se debe destacar una exposición individual de pintura en París, en la Biblioteca Española, patrocinada por el Ministerio de Educación y Ciencia de España: en el acto inaugural impartió una conferencia bajo el título Sentimiento y lenguaje en la pintura. También hay que destacar las exposiciones individuales en el Ayuntamiento de Seúl y en el Congreso de los Diputados de Seúl, y en el ámbito nacional, las exposiciones individuales de Madrid y Barcelona patrocinadas por la familia Maragall, así como las de Zaragoza en el Museo Camón Aznar y en el Palacio de Montemuzo del Ayuntamiento de esta ciudad.

En la presentación escrita por el Dr. Matías Díaz Padrón, destacado investigador del Museo Nacional del Prado, en el libro Jesús Sus, un artista pensador, se apoya la idea de crear un museo sobre su obra. Su producción artística ha tenido repercusión en los medios de comunicación con numerosas entrevistas en la prensa, en radio y televisión. Ha recibido multitud de premios, becas, diplomas y distinciones de tipo académico y por su ingente obra, especialmente de instituciones de Barcelona y Zaragoza desde 1965. Ha realizado múltiples exposiciones individuales y colectivas en nuestro país (Zaragoza, Barcelona, Madrid, Palma de Mallorca, Valencia, Sitges y Huesca, entre otras) y en el extranjero (París, Seúl y Shanghái). Así mismo, es autor de varios libros sobre técnica pictórica, estética y filosófica. En la actualidad, es profesor emérito de la Universidad de Barcelona.

Los niños en su obra

Sus representa al niño de todas las edades, desde el recién nacido hasta el adolescente y lo hace reflejando la realidad cotidiana del niño que juega, está en la calle, va en el autobús, mira un escaparate o participa en una fiesta. Con frecuencia se trata de niños de países asiáticos.

La bella niña Natalia es un retrato de una niña, limitado a la cabeza y parte superior del pecho; mira directamente al espectador, con ojos muy abiertos y algo sonriente. Lleva pelo abundante de color castaño, de baja implantación, con detalles anatómicos perfectos y proporcionados de la nariz y boca. Color sonrosado de las mejillas y el mentón. Lleva camisa abierta de color blanco y jersey o chaqueta de color rojo. Pincelada suelta y luz frontal. Se trata de un óleo sobre tela de 46 por 38 cm, fechado en 1998 (Fig. 1).

Figura 1. La bella niña Natalia.

En la obra Madre e hijo, se muestra una mujer joven que sostiene a su hijo en brazos en un retrato en tres cuartos. La mujer está de pie y mira hacia el pintor; su mirada muestra cierto grado de tristeza. Lleva un pañuelo a la cabeza de color rojo, una camisa de color morado y un bolso a rayas azules y amarillas que cuelga de su brazo derecho y que impide ver su vestido. Su cara y sus manos están perfectamente trazadas. El niño representa una edad aproximada de un año, dadas sus características anatómicas; lleva melena con pelo castaño, camisa azul y chaleco de color blanco. Está en posición lateral, tiene los rasgos faciales y de la mano izquierda normales. Hay cierto juego de luces y sombras que el pintor ha conformado con pinceladas sueltas para delimitar ambas figuras y los fondos de la obra. Es un óleo sobre tela de 92 por 73 cm, datado en 2003 (Fig. 2).

Figura 2. Madre e hijo.

La composición Niña en otoño muestra la cara de una niña de unos seis u ocho años de edad, con una mirada algo triste, parece que posa para el pintor. La figura guarda cierta continuidad con los fondos, dado el color que presenta toda la obra. Las características anatómicas de la pequeña son normales, aunque se aprecia una base de la nariz algo ensanchada; lleva una melena larga de color rubio, parcialmente trenzada. Va cubierta con un amplio abrigo o chaqueta de color verde. Colores fríos preferentemente, pincelada difusa y luz frontal. Es un óleo sobre tela de 38 por 46 cm, fechado en 2006 (Fig. 3).

Figura 3. Niña en otoño.

Ambiente muy distinto se muestra en la composición titulada Pasando el charco. En este caso, la escena está ambientada en un país oriental o africano y, además, aparecen varios niños. En efecto, una multitud espera, posiblemente, recoger agua para su subsistencia; entre ellos hay ocho niños de ambos sexos de una edad aproximada de 10 años. En primer plano, aparece un niño con sandalias chancletas, solamente tapado con una americana de una talla mayor que la que le corresponde, a su lado otro con una camisa de color rojo que le cubre hasta las rodillas y, finalmente otro, cubierto con otra americana que le llega hasta la mitad de la pierna y va descalzo. Los tres niños llevan el pelo rapado, sin adorno alguno. Sus caras denotan tristeza y traducen una necesidad vital.

En un segundo plano hay varias niñas, de parecidas características, con vestidos de colores vistosos, una de ellas con un bidón en la mano. Todas las figuras están bien tratadas bajo el punto de vista anatómico y de las proporciones corporales. La escena se sitúa en un campo de refugiados o en un medio árido de un país del tercer mundo, en donde no falta un riachuelo o arroyo que emana de una fuente. Pincelada acabada, colores cálidos y fríos y buen sentido de la perspectiva. Técnica mixta de 162 por 130 cm, fechado en 2011 (Fig. 4).

Figura 4. Pasando el charco.

Aroa es el título de otra excelente obra de Sus. Nos muestra a una niña de unos tres o cuatro años de edad, que mira hacia abajo con una mirada risueña. Lleva el pelo recogido con un lazo, aunque parte del mismo le cubre la frente y los lados de su cabeza. Su cara es redondeada y sus ojos tienen una ligera inclinación mongoloide, lo cual nos hace pensar que estamos ante una niña de raza oriental, quizás coreana. Los pabellones auriculares, nariz y boca están tratados con gracia y dominio de sus características anatómicas. Lleva un jersey de color naranja; el fondo es gris y la luz se recibe desde la derecha. Se trata de una técnica mixta sobre tela de 35 por 27 cm, realizada en el año 2013 (Fig. 5).

Figura 5. Aroa.

Ofrenda de flores es otra obra de grupo del pintor de estructura circular. Entre unas personas adultas aparecen tres niñas ataviadas a la usanza típica de un país o región, que bien pudiera ser Zaragoza. En efecto, todas las personas llevan traje típico, con sus mantones, vestidos largos, faldas y chalecos, e incluso algunas de ellas portan un ramo de flores; las mujeres con sus moños y los hombres con el cachirulo.

Las niñas representan unos seis a ocho años de edad, miran hacia el pintor y dos de ellas llevan flores para la ofrenda. También aparecen en el cuadro varias adolescentes, todas ellas miran hacia la izquierda, posiblemente en donde se ubica la imagen a venerar. Las proporciones corporales de las figuras y sus detalles anatómicos son normales. Los colores empleados son variados, predominando los cálidos: rojos, amarillos y naranjas. Pincelada suelta y luz frontal. Se trata de un óleo sobre tela de 73 por 92 cm, fechado en 2014 (Fig. 6).

Figura 6. La ofrenda de flores.

Otra de sus obras de conjunto con varios niños es La tienda. En ella aparecen tres personas adultas y cuatro niños. Mirando el escaparate de la tienda hay un hombre y una mujer de cierta edad, naturalmente de espaldas, con lo que no se puede apreciar el detalle de su físico; sí que el pintor ha dibujado con precisión la vestimenta de ambos, especialmente la del hombre. Ella lleva pañuelo a la cabeza y él boina y gafas.

Dos de los niños, de ambos sexos y de unos tres o cuatro años de edad, miran también el escaparate con cierto interés. El niño lleva pantalón largo gris, sujeto con tirantes y la niña viste jersey rojo y falda rosa. El pequeño no alcanza la altura necesaria para ver los juguetes y se alza de puntillas; ambos van bien peinados. Dentro de la tienda aparecen dos niños más que hablan entre sí, para decidir la posible compra y son algo mayores que los anteriores. Proporciones corporales adecuadas a la edad de cada figura. Colores fríos y cálidos a la vez, con claroscuro. Es un óleo sobre tela de 116 por 89 cm. Data de 2014 (Fig. 7).

Figura 7. La tienda.

La composición Día de lluvia en la ciudad, nos muestra un conjunto de figuras femeninas: cuatro mujeres y dos niñas en un día lluvioso, de invierno y ambiente urbano. Se trata de una composición estática, da la impresión de que estas personas están esperando a que el semáforo se ponga en verde para atravesar la calle. Llueve y las mujeres portan paraguas, de distintos colores; una de ellas lo lleva todavía plegado. Dos de ellas miran al pintor directamente y otras dos hablan con una de las niñas.

Las pequeñas son de edad escolar. Una de ellas lleva pelo largo, moreno, abrigo de color rojo y botas altas y también mira hacia el espectador. La otra niña lleva el pelo más corto, es rubia, viste chaqueta blanca y pantalón largo de color rosa. Su indumentaria la complementa con un lazo rojo en su pelo y zapatos. Anatomía correcta en todas las figuras. Colores muy variados como gusta al pintor, luz tenue reflejada en el suelo mojado por la lluvia y trazado más acabado que otras de sus muchas obras de conjunto. Es un óleo sobre tela de 162 por 130 cm, fechado en 2014 (Fig. 8).

Figura 8. Día de lluvia en la ciudad.

Bibliografía

– Jesús Sus. Curriculum. Consultado en noviembre de 2021. Disponible en: https://jesussus.com/curriculum/.

– Jesús Sus. Obra. Consultado en noviembre de 2021. Disponible en: https://jesussus.com/obra/.

– Castro A. Jesús Sus expone en Seúl, “Luz de cada día de vida”, su crónica visual, las atracciones y las situaciones más cotidianas. Heraldo de Aragón, 8 de noviembre de 2021.

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