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PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº3 – ABRIL-MAYO 2020

Revello de Toro, catedrático de Bellas Artes

J. Fleta Zaragozano
Representación del niño

en la pintura española


J. Fleta Zaragozano

Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Zaragoza

Pediatr Integral 2020; XXIV (3): 177.e1 – 177.e4


Revello de Toro, catedrático de Bellas Artes

Revello de Toro es un exquisito pintor y retratista excepcional. Amplió sus estudios en la madrileña Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, donde recibió clases de pintura de grandes maestros como Ignacio Zuloaga. Al término de sus estudios, recibió diversos premios y, posteriormente, aprobó las oposiciones a Cátedra de Bellas Artes. Después de varios años de labor docente en Barcelona, decidió dedicarse exclusivamente a la pintura.

 

Vida, obra

Félix Revello de Toro nació en Málaga en 1926. Desde muy pequeño mostró gran sensibilidad por el arte y crece ya con antecedentes creativos, pues él mismo afirma que su padre era uno de los mejores dibujantes de la ciudad, no en vano ocupaba una plaza docente en la Escuela de Bellas Artes.

En cuanto a su primera formación, la adquirió en el Colegio de los Hermanos Maristas, para cursar posteriormente el bachillerato en el colegio del Palo, donde recibió clases de dibujo del padre Oliver, su primer maestro. De estos primeros años infantiles se recuerda que, con solo 8 años, copió a carboncillo y gran acierto la lámina del Cristo de la Buena Muerte, que su padre tenía en el despacho y al que tenía una especial devoción. A finales de 1938, con 12 años, expone dibujos a plumilla, acuarelas y retratos de personajes malagueños de la época, en el comercio de Félix Sáenz en la antigua plaza del Pan de Málaga.

Cuando inicia los estudios de Bellas Artes, eran docentes César Álvarez, Antonio Burgos, Rafael Murillo y Federico Bermúdez, lo que le haría familiarizarse con las obras de Sorolla, Benlliure, Muñoz Degrain, Martínez Cubells y Fernández Ocón, entre otros. Las enseñanzas recibidas de estos maestros fueron decisivas y muy aprovechadas por el artista en el futuro.

Con 16 años, en 1942, Revello recibe su primer encargo profesional para pintar quince estandartes para la Hermandad de la Sentencia, que consistía en quince Misterios del Rosario y un lienzo que mostraba a la Virgen del Rosario con Santo Domingo y Santa Casilda, inspirado en una obra de Murillo. Por todo ello cobró la no despreciable, para aquellos años, cantidad de mil pesetas, reconociéndose desde sus inicios su valía artística, su quehacer constante y genial intuición. Un año más tarde, en 1943, Manuel Pérez, alcalde de Málaga en aquella época, y prestigioso médico, realiza una convocatoria pública de dos becas de pintura para estudiar en Madrid durante 5 años, ganando una Revello y otra Mingorance Acien.

En Madrid, el joven pintor, ingresa en la Real Academia de San Fernando, donde tendrá como maestros a Benedito, Valverde, Núñez Losada, y conoce a Zuloaga, Sotomayor, Solana y Labrada, de los que tomará sabias orientaciones artísticas. Transcurridos los cinco años, en 1948, termina la carrera de Bellas Artes con Premio Extraordinario, y de esta época se constatan sus primeros retratos de Somerset Maughan, Walter Starkie y Vázquez Díaz. En 1950 obtiene la beca Carmen del Río, que le permite viajar a Roma, donde permanecerá durante un año, siendo entonces director de la Academia de España, en la capital italiana, su paisano el pintor Fernando Labrada, a quien ya había tratado en Madrid y que tanto le apoyó en su carrera.

En 1952, llevará a cabo sus primeras exposiciones individuales en la Galería Macarrón de Madrid, a base de retratos, bodegones y flores y, posteriormente, en 1953, en la Sala Casino de Madrid, donde se consolida en los círculos artísticos como pintor retratista. A partir de ese momento, se empieza a admirar y a reconocer su obra pictórica, siendo aplaudido tanto por la crítica como por los medios académicos. En los años 50, el joven pintor asume el hilo conductor de la pintura clásica española de corte romántico-realista. Los rostros de sus figuras reposan con una dulce serenidad en sus lienzos.

En 1953, vuelve a Málaga para contraer matrimonio y toma la decisión de presentarse a las oposiciones para catedrático de Bellas Artes, consiguiendo el número uno para la Cátedra de Barcelona, en la Escuela de Llotja en la que era director Frederic Marés y donde también ejerció la docencia, en su día, el malagueño José Ruiz Blasco, padre de Picasso. Ha plasmado a importantes personajes de la historia contemporánea, desde los Reyes de España a numerosas personalidades del mundo de la cultura, la política y las finanzas. Pero son las mujeres las verdaderas protagonistas de sus obras; cuerpos femeninos que hacen gala de una sensual elegancia, de un erotismo contenido, envueltos en un halo de misterio tras sus ropajes blancos. Mujeres que nos miran desde el cuadro con inalcanzable ternura y gozosa nostalgia, tal vez esperando a que llegue el amor a despertarle de sus sueños. Félix Revello nos presenta a una mujer divinizada, a una mujer desnuda, no en el sentido banal, sino en el sentido de esencias infinitas, de eternidad.

Está en posesión de múltiples medallas, premios y reconocimientos en su ciudad natal y en toda España. Ha celebrado multitud de exposiciones en Madrid, Bilbao, Zaragoza, Málaga, Granada, Barcelona, Valencia y otras ciudades. En 2010, se abrió un museo dedicado a su persona llamado Museo Revello de Toro en el centro de Málaga, con más de cien obras cedidas por el pintor.

Los niños en su obra

Revello pinta y retrata muy bien, especialmente el cuerpo femenino, motivo preferente en su dilatada obra. No obstante, su obra incluye gran cantidad de retratos infantiles de todas las edades. Veamos algunos de los más sobresalientes.

El cuadro Ternura y desconfianza muestra a una niña y un gato. La niña está sentada sobre una silla y sostiene entre sus manos al animal. La pequeña puede tener aproximadamente cinco o seis años de edad y mantiene su mirada fija hacia su mascota. Da la sensación de la existencia de una macrocefalia, disimulada por la larga cabellera que lleva, recogida, en parte, con un pasador dorado. Su cabello, moreno, contrasta con su camiseta de manga corta de color rojo intenso. Sus rasgos faciales son agraciados y parece que lleva los ojos pintados. Su pantalón corto es gris. El pintor no ha representado parte de las piernas de la pequeña, lo cual es un hecho frecuente en muchos retratos del maestro.

El gato se muestra pacífico y tiene unas características anatómicas normales. Seguramente es una mascota sumisa, ya que parece conocer bien a su dueña. La silla sobre la que se sienta la niña es de un color azul llamativo, que no desentona con el fondo del cuadro. La luz se recibe desde la derecha. Pincelada suelta. Data de 1966 (Fig. 1).

Figura 1. Ternura y desconfianza.

El cuadro Dos buenas amigas bien pudiera ser un esbozo o proyecto, dadas las características compositivas de la obra. Aparecen dos niñas de unos cinco o seis años de edad, cada una de ellas sentada en una silla, dentro de una estancia, probablemente una habitación de un domicilio. Las niñas están de frente al espectador, pero cabizbajas. Una de ellas, la de la izquierda, parece que quiere decirle algo a su compañera y amiga y para ello, se acerca y la coge por el hombro con su brazo izquierdo. Su actitud es seria y da la impresión de que le quiere transmitir algún secreto. Lleva una bata o vestido corto de color azul, calcetines negros y zapatos. Su pelo es rubio y las facciones de su cara son correctas, aunque no están bien perfiladas. He aquí la maestría de Revello para transmitir la belleza y la perfección sin entrar en detalles.

La otra niña, a la derecha, adopta una actitud receptiva y se dispone a oír lo que le dice su amiga. Su cara está aparentemente inacabada y apenas son perceptibles los ojos, la nariz y la boca. Lleva pelo rubio y largo, una bata o uniforme corto en color rosa, calcetines negros y zapatos. Da la impresión que son alumnas que llevan el mismo tipo de uniforme, aunque de distinto color. Parte del suelo de la habitación está alfombrado, y en él, aparece un libro; en el primer plano hay una mesa, sobre la cual hay una fotografía enmarcada y, tras la mesa, hay una cortina blanca, a través de la cual se introduce la luz que ilumina la estancia. La pared del fondo está pintada en verde y está ocupada con un mueble librería, lleno de libros y un cuadro colgado. Pincelada suelta y colores fríos, en general. Es un óleo sobre lienzo y data de 1967 (Fig. 2).

Figura 2. Dos buenas amigas.

Retrato de niña es una composición en la que aparece una niña de unos cinco o seis años de edad. Está sentada sobre una silla, de la que solo se ve una parte del asiento y parte de una pata. La niña está posando para el artista y emite una mirada de ligera sonrisa. Su cuerpo está erguido, sus piernas separadas y sus manos entrelazadas y apoyadas sobre su vestido de manga corta. Este es de cuadros azules de varios tonos y lleva bordados en la zona del pecho y una cinta blanca en el cuello.

La pequeña es rubia, lleva el pelo recogido, pero le cae algún mechón por ambos lados de la cara. Los ojos son grandes, la nariz pequeña y la boca y oreja normales. Estos detalles le confieren un aspecto muy agradable y tierno. Los brazos, sus manos y piernas son proporcionados. Los colores predominantes son el azul, sonrosado y amarillo, y blanco para la figura; para el fondo, el pintor ha utilizado el blanco en diferentes tonalidades, azules y grises. Luz frontal. Se trata de un óleo sobre lienzo pintado en 1972 (Fig. 3).

Figura 3. Retrato de niña.

En la obra Niña junto a un perrito de peluche, el pintor vuelve a representar a una niña con su mascota, en este caso, un perro, pero de peluche. La niña parece estar de pie, aunque es un retrato de medio cuerpo y girado hacia su izquierda. La pequeña mira hacia el espectador con una mirada risueña y adopta una actitud solemne, transmitiendo confianza. Se observan facciones correctas en su cara: ojos, nariz, boca y oreja normales. Precisamente en su oreja derecha lleva un pendiente. Luce un peinado que le cubre parte de la frente y lleva una corta melena de un pelo moreno. Su cuello y tórax son normales. La niña lleva un vestido de tirantes de color rosa y lazo sobre sus hombros. Con sus manos coge a su peluche que el pintor lo muestra de color blanco, con hocico, ojos y grandes orejas negras. Colores marrones, rosas y blancos. Fondos grises. Se trata de un óleo sobre lienzo de 1975 (Fig. 4).

Figura 4. Niña junto a un perrito de peluche.

El retrato de Felipe VI fue realizado cuando el príncipe tenía unos diez años de edad. Es un retrato solo de la cabeza y parte superior del tórax. Posiblemente, es el primer cuadro dedicado al príncipe de España realizado por Revello de Toro. El príncipe mira hacia el espectador un tanto risueño. Lo ha representado con ojos y boca grande, y nariz ligeramente achatada. Su pelo, rubio, es abundante, tanto que le cubre las orejas. Viste camisa blanca, corbata a rayas y chaqueta azul. Emplea colores amarillos, blancos, marrones y azules, preferentemente. La luz se recibe desde la derecha. El retrato es muy fiel, pese a la pincelada suelta que emplea el autor. Data de 1978 (Fig. 5).

Figura 5. Retrato de Felipe VI de España cuando era Príncipe de Asturias.

La niña de las medias rojas, puede ser una de las niñas de la propia familia del pintor. En este caso se representa a una niña de unos diez años, de cuerpo entero y de pie. La niña mira hacia el espectador con una pose muy estudiada y el cuerpo ligeramente girado hacia su derecha. Está seria, con los brazos pendientes y extendidos, y piernas juntas. Los detalles de su cara son normales. El pelo es moreno con flequillo y melena. Viste camisa blanca de manga larga y falda corta de color negro. Sus medias, de color rojo, contrastan con el resto del vestuario: este color define el título del cuadro. Calza zapatillas de color negro. La niña posa en un fondo indefinido de color gris en varios tonos, en donde se aprecian las pinceladas discontinuas. Es una obra del año 1979 (Fig. 6).

Figura 6. La niña de las medias rojas.

El cuadro Infancia reveladora nos muestra una escena íntima entre madre e hija. En esta escena doméstica aparecen en un primer plano las dos figuras. La madre da instrucciones convincentes a la hija para que se ponga determinada prenda, que la niña parece que acepta sin ningún inconveniente. La progenitora va vestida con un camisón blanco muy largo y lleva en las manos la prenda de color blanco que le ofrece a la pequeña. Tiene una larga melena rubia. La anatomía de la cara, brazos y manos es normal.

La niña, prepúber, de unos diez años está erguida, mira fijamente a su madre y con sus manos se recoge el pelo hacia atrás. Vestida también con otro camisón corto de color blanco y tirantes, y va descalza. La anatomía es correcta y los detalles de la cara y los dedos son normales. En un segundo plano aparece una mesa escritorio en donde hay varios retratos y otros objetos. Colores fríos y fondos grises. Es un óleo sobre lienzo de 1989 (Fig. 7).

Figura 7. Infancia reveladora.

El Retrato de Yasmine permite observar a una niña junto a dos avestruces. Es una escena campestre en donde aparece una niña de unos diez años de edad, con un vestido blanco y largo, como única prenda, además va descalza. La niña está de pie y ofrece con sus manos algo de comida a dos avestruces que se le acercan mansamente. Las proporciones de la pequeña son correctas, así como los detalles de su cara, sus manos y sus pies. Lleva una larga cabellera rubia. La escena parece que se sitúa en un parque natural o en un zoológico y la luz emana desde el propio vestido de la pequeña. Fondos verdes, blancos y azules, preferentemente. Es un óleo sobre lienzo. Data del año 2000 (Fig. 8).

Figura 8. Retrato de Yasmine.

Bibliografía

– Pérez Ortiz MJ. laopinióndemalaga.es. 11 de julio de 2011. Consultado el 5 de septiembre de 2019. Disponible en:
http://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2011/07/11/revello-toro-biografia-inacabada/435853.html.

– Blog de Lujo. 23 de marzo de 2009. Consultado el 5 de septiembre de 2019. Disponible en: http://www.blogdelujo.com/2009/03/un-apunte-sobre-felix-revello-de-toro.html.

– Pérez MJ. Revello de Toro: Una biografía inacabada. Consultado el 5 de septiembre de 2019. Disponible en:
https://www.laopiniondemalaga.es/opinion/2011/07/11/revello-toro-biografia-inacabada/435853.html.

– Museo Revello de Toro. Consultado el 5 de septiembre de 2019. Disponible en:
http://www.museorevellodetoro.net/biografia/
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