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PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº2 – MARZO 2018

María Buil, entre el retrato y la naturaleza muerta

J. Fleta Zaragozano
Representación del niño

en la pintura española


J. Fleta Zaragozano

Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Zaragoza

Pediatr Integral 2018; XXI I (2): 106.e1 – 106.e3


María Buil, entre el retrato y la naturaleza muerta

A María Buil le cautivó desde muy joven el mundo de la pintura y destacó muy pronto en exposiciones colectivas e individuales; ha expuesto en numerosas galerías de arte españolas y extranjeras, sobre todo en Francia, en donde pasa gran parte del año. Vísceras y verduras, dibujos de niños y retratos, enmarcan una obra artística de vanguardia. París y sus Monegros (Huesca) han definido un modo muy especial de manifestar su arte.

Su estilo y su obra

María Buil Gazol nació en Zaragoza en 1970. Se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona en 1994, en la especialidad de Pintura. En el año 2000, le concedieron la beca Velázquez, conjunta de la Diputación Provincial de Zaragoza y el Ministerio de Educación francés, para dos años. Era una beca importante, ya que Francia solo da dos becas: la Velázquez para España y la Villa Médicis para Italia. Cuando se terminó, le dieron otra: la beca Colegio de España en París del Ministerio de Cultura en 2002.

En París comenzó a trabajar con un galerista francés. Le gustó la ciudad y su nivel cultural y se quedó durante siete años. En la actualidad, mantiene allí su residencia, pero se desplaza con frecuencia a nuestro país. Suele estar en España varios meses seguidos y luego vuelve a París. En España, vive en un pueblo de la comarca de Los Monegros (Huesca) de alrededor de 200 habitantes: Orillena. “Una opción de lujo”, según relata la propia pintora. “Aunque vine con la idea de pintar los retratos de los vecinos del pueblo, he acabado pintando la verdura de sus huertos y en París, esto no lo podría hacer”.

Y prosigue Buil: “Echo en falta la cultura y otras cosas, pero el calor de la gente, lo compensa todo. París es una ciudad muy agresiva, mucho más que Barcelona y Madrid. Estoy contentísima con los vecinos de Orillena. No los conocía de nada antes de venir aquí. Todo el mundo se conoce y sabe el nombre de mi hija. Sé que si la hubiera llevado a una guardería francesa, la maestra no se hubiera aprendido su nombre. Las dos cosas se complementan. Tengo la suerte de poder ir a Zaragoza y Huesca con asiduidad. Ha influido en mí y me ha ayudado el pintor Pepe Cerdá, de Zaragoza, vinculado a varias galerías de arte de París”.

María Buil pinta al óleo, y uno de sus temas predilectos, junto al retrato, es la comida. Pinta carne y embutidos, y también helados, pasteles, hortaliza y frutas. El óleo, para Buil, es capaz de hacer que una mancha produzca salivación, del mismo modo que la producirían las fresas o el chocolate que le sirven de modelo. La exploración de las texturas de los alimentos ya era una obsesión en los bodegones barrocos. Se adivina cierta untuosidad incluso sugerente en muchas de sus obras, sobre todo en los bodegones. María Buil pinta sus dulces sobre blancos fondos quirúrgicos, cosa que la acerca al espíritu Pop, pero su pincelada es furiosa y barroquizante. Sus creaciones rezuman pasión por el oficio y gusto por la investigación y muchos autores encuentran una gran expresión y hondura en todas sus creaciones.

Sus representaciones de carnes y animales muertos nos retrotraen a las representaciones y óleos de bodegones y naturalezas muertas de artistas de todas las épocas. Nos recuerda a la Carnicería de Annibale Carracci del siglo XVI, o a los bodegones de Sánchez Cotán, e incluso a los Zurbarán del siglo XVII y posteriores.

Buil ha expuesto en diversas ciudades españolas, como: Barcelona, Madrid, Pamplona, Valencia y Zaragoza, entre otras; así como, en distintas ciudades europeas, como: París, Tours, Budapest y Londres. La primera exposición individual la realizó en Barcelona, en la galería Manel Mayoral, en el año 1994; la penúltima, en 2012, en París, en la galería Les Singuliers; y la última en Zaragoza, en la sala Carlos Gil, en 2015, con el título Lo visceral en la experiencia estética.

Las últimas exposiciones colectivas las ha celebrado en París, en 2009, en el Musée de Montparnasse, con el título de Violentes Femmes y, posteriormente, en 2013, en Zaragoza, en el Palacio de la Aljafería de las Cortes de Aragón, con el título Del pasado al futuro.

Ha recibido varios premios. El primero lo recibió en 1992: Premio de Pintura Barri de Sant Antoni, de Barcelona. En 1998, se le concedió el Gran Premio de Arte, Santa Isabel de Aragón, reina de Portugal, por parte de la Diputación de Zaragoza. Se le han concedido, además, un total de cinco becas, a dos de las cuales ya se ha hecho referencia. Sus obras se encuentran en el Ayuntamiento de Zaragoza, Cortes de Aragón y Diputación de Zaragoza; Casa de Velázquez y Comunidad de Madrid; Diputación de Segovia; y Fundación Rodríguez Acosta, de Granada, entre otros lugares.

Los niños en su pintura

Esta primera Niña representada, de pocos años de edad, se nos muestra muy seria, mirando al espectador. Parece que está sentada en una hamaca o bajo un toldo, e incluso puede intuirse que la niña está en traje de baño. Hay mezcla de colores fríos y cálidos: rojos, grises, marrones, blancos, y una gama muy variada de sonrosados, todos ellos conformando los fondos, el pelo de la pequeña y las partes visibles del cuerpo. Incluso se aprecia una mezcla de colores en el pelo y en la cara, expresada en forma de pinceladas sueltas. Esta pintura es solo una parte de un tríptico de gran tamaño en el que la pintora ha querido expresar o enviar algún mensaje, dada la inconcreción que se muestra en la cara de la figura, especialmente en el ojo derecho de la niña: llanto o enfado. Data de 2002, es un óleo sobre tela, la parte representada es de 30 por 30 cm y pertenece a una colección particular (Fig. 1).

Figura 1. Retrato de Niña.

En esta pintura, Cuidadora de Manuela, se observa a una joven mujer con una niña pequeña en brazos. La mujer lleva un vestido blanco, sencillo y sin adornos, mira al espectador y posa para él en aptitud complaciente. La niña, de corta edad, se mantiene sentada sobre el regazo de su cuidadora. La pintora ha utilizado unas proporciones corporales adecuadas, tanto para la mujer como para el niño, aunque se advierte cierto defecto a la hora de representar los dedos de la mano y de los pies de la madre. Fondos grises y colores blancos para los vestidos y rosas para detallar la piel de las figuras. La luz se recibe de frente. Pincelada suelta. Se trata de una vecina del pueblo de Orillena, en donde reside la pintora a temporadas. La obra data de 2008, es un óleo sobre tela de 195 por 97 cm y pertenece a la colección de la autora (Fig. 2).

Figura 2. Cuidadora de Manuela.

El Retrato de Hugo, representa la cabeza de un niño de unos dos años de edad. La cabeza está girada hacia la derecha del niño, que denota una mirada triste. Es una obra de pincelada suelta y unos colores sonrosados irregularmente distribuidos por la cara del pequeño. El pelo, de color marrón, es de una textura pastosa. El fondo, como en casi toda su obra, es gris. En la anatomía, si bien está proporcionada, se advierte cierta imprecisión en el contorno de las órbitas y de la boca del niño; aspecto que la pintora ha querido subrayar especialmente. La obra se realizó en 2010, es un óleo sobre tabla de 35 por 35 cm y pertenece a una colección particular (Fig. 3).

Figura 3. Retrato de Hugo.

La figura, Maternidad, contiene la representación de los pechos de una mujer y, entre ellos, hay un niño de unos meses de edad. Cuerpos desnudos y de frente. Solo aparece la gama de colores rosas y algún gris. No se aprecia fondo alguno. Es parte de una obra de mayor tamaño, una maternidad gigante, que la artista titula La Gran Madre. La anatomía de ambas mamas es correcta. La cara del niño no expresa nada especial, ya que los detalles de los ojos, nariz y boca no están precisados. La pintora los ha hecho desaparecer intencionadamente, ya que hay pinceladas que tratan de borrar o tapar las características de estas partes de la cara. El pelo y las orejas aparecen bien delimitados. La obra, de 2011, es un óleo sobre tela, mide de 180 por 110 cm y pertenece a una colección particular (Fig. 4).

Figura 4. Maternidad

Este otro Retrato de Niña quiere mostrar el aspecto de una niña de unos diez años de edad. Se trata de la imagen de la cabeza y parte superior del tórax. La niña está posando risueña y contenta. Mira hacia su lado derecho. Las proporciones son correctas, se aprecian las líneas que delimitan cada una de las partes de la figura y aportan una gran variedad de colores, entre los que destacan los marrones, rosas y grises; estos últimos del jersey de la niña. La melena cae por ambos lados del cuello y lleva un pasador en el pelo. La obra data de 2013, es un óleo sobre tabla de 40 por 40 cm y pertenece a una colección particular (Fig. 5).

Figura 5. Retrato de Niña

Manuela es un retrato frontal de una niña, en tres cuartos, que representa a una chica de unos diez años de edad. Se trata de la hija de la pintora. La niña está de frente mirando a la artista, adopta una actitud de pose, con mirada tranquila. Lleva un vestido blanco y la mano izquierda coge la muñeca de la mano derecha. No lleva adornos, excepto un lazo en el pelo, que es de color castaño. Las facciones anatómicas de la pequeña son perfectas y armónicas, representado una cara agradable que la pintora ha sabido transmitir al espectador. Los detalles de los ojos, boca y dedos de las manos advierten del grado de dominio que la pintora tiene sobre el retrato. El color blanco, en distintas gradaciones, domina la obra y la gama de rosas se extiende por la cara, cuello y manos. Fondo blanco, pincelada acabada y textura lisa. Realizado en 2015, se trata de un óleo sobre tela de 92 por 73 cm y pertenece a una colección particular (Fig. 6).

Figura 6. Manuela

Bibliografía

– Romeo F. Salir del laberinto. María Buil. 2000-2002. Diputación de Zaragoza. Zaragoza, 2002.

– Ordoñez R. María Buil retratando naturalezas vivas. Ayuntamiento de Alcañiz. Zaragoza, 2010.

– Grande C. Luz seca en Rostros/Retratos. Cortes de Aragón. Zaragoza, 2013.

– Alfonso O. María Buil. Retratos/Portraits. Torreón Fortea. Zaragoza, 2008.

– Lomba C. La plástica contemporánea en Aragón (1876-2001). Ibercaja. Zaragoza, 2002.

– Castro A. Lo visceral en la experiencia estética. María Buil. Catálogo. Exposición Sala Carlos Gil. Zaragoza, 14 de mayo a 13 de junio de 2015.

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