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PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº10 – DICIEMBRE 2013

La ilusión de una nueva etapa

Editorial

 
V. Martínez Suárez

Presidente de la SEPEAP

 


«Al concepto de Pediatría General es al que hay que dar mayor valor. Y el pediatra general, el que desde el centro de salud, desde su consulta privada o desde el hospital mantiene una visión integral del niño y aspira a realizar una medicina completa de la infancia, siempre va a favorecer cualquier paso que la sociedad actual precise y nos demande»

 


La ilusión de una nueva etapa

Como especialidad médica la pediatría tiene la responsabilidad de atender a los problemas de salud de los niños, mejorando sus condiciones de vida y favoreciendo su relación positiva con el entorno, tanto familiar como social. Esa ha sido para la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) su misión preceptiva y sustancial. Y como principales responsables de su gestión desde su Junta Directiva serviremos a esa idea por encima de cualquier otra cosa. Todo lo demás entendemos que son medios o acciones para ese fin.

Y es precisamente desde ese punto de partida que nuestros principales proyectos van a consistir en ayudar a los pediatras a desplegar todas las potencialidades de su profesión, que son muchas y amplias, aunque probablemente no suficientemente cumplidas. Para ello creemos que al concepto de Pediatría General es al que hay que dar mayor valor. Y el pediatra general, el que desde el centro de salud, desde su consulta privada o desde el hospital mantiene una visión integral del niño y aspira a realizar una medicina completa de la infancia, siempre va a favorecer cualquier paso que la sociedad actual precise y nos demande. Porque la única medida válida de la eficacia de nuestra actuación vendrá dada por nuestra capacidad para mejorar las circunstancias en que la infancia se desenvuelve y enfrenta sus dificultades físicas, psíquicas y sociales. Y esto debiera de preocupar por igual a todos los pediatras, independientemente de su posición dentro del sistema sanitario.

Es por eso también que si miramos hacia atrás no podemos más que felicitar y agradecerles a los que nos precedieron su labor excelente y llena de consecuciones. Sobre todo, ellos han sentado en nuestra Sociedad las bases de su continuidad y han definido un carácter que nosotros asumimos. Y debemos señalarlo aquí ya que, precisamente en este 2014, se cumplirán los 30 años de su fundación. Imaginamos que entonces y en todo este tiempo encima de la mesa se pusieron creencias diferentes y posiblemente contrapuestas, planes atrevidos e inteligentes, cada uno aportando un punto de vista en su construcción. Pero, sobre ello, temas de preocupación comunes, voluntad de compartirlos y el interés de resolverlos juntos. Mantener ese trasfondo de identidad e identificación, conservar las preocupaciones de orden general por encima de las barreras de la edad y de concepciones o intereses más limitados permite encontrar reunidos hoy en la SEPEAP a pediatras diversos en sus ideas, en sus actitudes y en sus ambiciones, pero capaces de vislumbrar un proyecto con la suficiente entidad como para erigir sobre él una interpretación profunda y relativamente fácil de compartir.

Gracias a ello somos una sociedad con ya más de 3.000 socios y ahora más de 900 residentes de pediatría vinculados a nuestras actividades. Con esa misma noción de continuidad y de transformación recientemente hemos creado nuevos grupos de trabajo y en los próximos meses se constituirá algún otro, lo que se sumará al nuevo ímpetu que desde la dirección se les pedirá a los ya existentes. Igualmente, nuestros vocales regionales deben tener un protagonismo mayor en la vida diaria de nuestra Sociedad. Cualquier socio, en fin, podrá incorporarse a todas nuestras tareas y debiera sentir la obligación de transmitirnos sus inquietudes, sus preocupaciones y sus ideas de trabajo. Junto a una renovada voluntad de proximidad, de compromiso y de transparencia, esto resultará fundamental para reordenar la idea de futuro para la SEPEAP.

También vamos a buscar la mayor sintonía posible con las diferentes Administraciones, con las que forzosamente tenemos que compartir el interés por esclarecer determinados problemas y por favorecer la eficiencia asistencial. Trabajaremos para aumentar la colaboración con la industria, proponiéndole proyectos de interés compartido. Mejoraremos el nivel de exigencia científica de nuestros foros y de nuestros órganos de expresión, lo que supondrá un mayor cuidado en la formalidad, más controles de calidad y su aproximación decidida a la información primaria, original y veraz; es decir, al producto de la investigación.

Respecto a otras sociedades pediátricas, vemos en algunos temas propósitos y prioridades diferentes, pero debemos mantener la voluntad de relacionarlos con los nuestros y alinearlos para que se produzca el entendimiento, sin dejar de sostener un discurso propio. Nuestra sensibilidad hacia los problemas que tenemos delante y nuestros argumentos los haremos notar y los haremos valer. Todo ello, desde la lealtad institucional que exigiremos también hacia nosotros y desde una voluntad de acuerdo, pero también desde una vocación de defensa de la SEPEAP y de sus intereses, que entendemos que son los de la pediatría española.

Personalmente, me siento confiado y honrado con la compañía de aquellas personas que asumirán más directamente las responsabilidades en la gestión de la Sociedad. Me refiero a su Junta Directiva, a los vocales regionales y a los coordinadores de los diferentes grupos de trabajo; a los responsables de nuestra revista y de nuestra página web. Creo que todos ellos piensan que proyectar sobre el esfuerzo y la exigencia profesional esa noción sentimental, responsable y agradecida que otros antes nos han señalado nos ayudará a afrontar más ilusionados los nuevos retos que desde nuestra consulta se vislumbran.

 

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