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PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº6 – JUL-AGO 2016

Isidro Nonell, el pintor de los gitanos

J. Fleta Zaragozano
Representación del niño

en la pintura española


J. Fleta Zaragozano

Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria
Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Zaragoza

Pediatr Integral 2016; XX (6): 421.e1–421.e4


Isidro Nonell, el pintor de los gitanos

A Nonell, marcado por el impresionismo, se le adscribe al modernismo. Forma parte de la llamada “pintura negra” española, junto a Regoyos o Solana. Realiza retratos, especialmente las series sobre cretinos y gitanas. Muestra las clases más bajas de la sociedad, en su miseria y dolor. A veces, usa tonos oscuros, casi marronáceos, con una pincelada suelta. Posteriormente, en los cuadros de gitanas, mujeres y bodegones usa colores más claros. También, se le conoce por sus dibujos, en los que domina la sátira.

Vida y obra

Isidro Nonell Monturiol nació en Barcelona en 1872. De pequeño, ya demostró inclinación por el dibujo. Entre 1893 y 1895, asiste a la Escuela de Bellas Artes de Barcelona donde conoce a Joaquim Mir, Ricard Canals, Ramon Pichot, Juli Vallmitjana, Adrià Gual y Joaquim Sunyer, compañeros de clase y amigos con quienes Nonell compartió unas mismas inquietudes artísticas: la pintura de paisaje y la preocupación por los efectos lumínicos y atmosféricos. Juntos organizaban excursiones pictóricas por el extrarradio barcelonés y hacían una pintura en un lenguaje semiimpresionista, a menudo de tonos cálidos, por lo que el grupo recibió la denominación de la “Colla del Safrà” (Grupo del Azafrán), o bien, “de Sant Martí”, ya que acostumbraban a pintar, con preferencia, los paisajes de este municipio limítrofe con Barcelona.

En 1894, Nonell se estrena en el diario La Vanguardia como ilustrador e iniciará a partir de entonces un período, hasta el año 1904, de colaboraciones en diversas revistas y publicaciones, como L’Esquella de la Torratxa, Barcelona Cómica. En el verano de 1896, Nonell, Canals y Vallmitjana se van a Caldes de Boí. Más que la belleza del paisaje, lo que impresionó profundamente al pintor fue la gran cantidad de personas que vivía en aquel valle del Pirineo afectados de cretinismo, una enfermedad endocrina que provoca retrasos en el desarrollo tanto físico como mental. Nonell tomó apuntes de aquellos personajes infradesarrollados y grotescos y después, de vuelta a Barcelona, y más tarde en París, realizó toda una serie de composiciones más elaboradas sobre este mismo tema. La estancia en Boí marca en la obra de Nonell el final de una etapa fundamentalmente paisajística y el inicio de una nueva etapa, centrada, sobre todo en la figura humana y en los más desfavorecidos y marginados de la sociedad. Los numerosos dibujos que Nonell realizará a partir de ahora, en algunos de los cuales adopta un personalísimo y muy original procedimiento técnico denominado “fregit” (frito), tendrán como principales protagonistas a pobres pidiendo caridad, ancianos desamparados, gitanos, soldados heridos y repatriados de la guerra de Cuba.

Entre los años 1897 y 1900, Nonell realiza dos largas estancias en París de más de un año y medio cada una, durante las cuales toma contacto con la pintura francesa más moderna. Así, lo declara Nonell al crítico de arte Raimón Casellas, expresando su admiración por los pintores impresionistas, la huella de los cuales, junto con la de los postimpresionistas Van Gogh o Toulousse Lautrec, se hace evidente en su escasa producción pictórica de este período.

De vuelta a Barcelona, Nonell inicia su famosa serie de gitanas, con un lenguaje absolutamente nuevo y provocador para el público y para la crítica artística más conservadora. A pesar de la hostilidad del público y de los críticos de arte, Nonell continúa pintando gitanas, la mayoría de las cuales, en actitudes de absoluta tristeza y abatimiento y en una paleta de colores muy oscuros.

Entre 1906 y 1907, la obra de Nonell experimenta un giro hacia un cromatismo más claro y luminoso, al tiempo que incorpora modelos de raza blanca, en actitudes más plácidas y amables, que irán sustituyendo progresivamente a sus melancólicas gitanas. En 1908, retoma su faceta como ilustrador y comienza a colaborar en la revista satírica Papitu, fundada aquel mismo año por Feliu Elias, donde publica un total de 42 magníficos dibujos, algunos de los cuales firma con los pseudónimos bíblicos de Noé y Josué, unos dibujos que fueron muy aplaudidos y que representan para Nonell la compensación a la indiferencia general del público hacia su obra pictórica. En 1911, Nonell muere prematuramente a la edad de 38 años, víctima del tifus.

Sus pinturas y dibujos de niños

Isidro Nonell no fue retratista, ni tampoco el niño fue tema central en su pintura; dibujó y pintó al niño en el contexto de una sociedad pobre y necesitada, que representó muy bien cuando pintaba a adultos o a grupos de personas en su Cataluña natal. No obstante, tiene algunas obras en las aparecen niños solos o acompañados, casi siempre son figuras colaterales que tienen poco que ver con el tema central que el artista quiere transmitir. A continuación, se exponen algunas de sus obras en las que aparecen niños.

En el dibujo, Mujer cretina con niño pidiendo limosna, el artista representa a una madre con dos hijos. La madre está sentada, aparentemente en la calle, y está cubierta con una manta. Mantiene una mirada triste, de resignación, y mira a su hijo, de corta edad, que tiene en su regazo dándole el pecho. El otro niño debe tener unos dos años y está sentado al lado de su madre y mirando hacia el suelo. Los colores son blancos, grises y rojo, este último para la chaquetilla del niño mayor. Los trazos son sueltos. No se detallan las características de las figuras, no obstante, los cretinos son enfermos que tiene una deficiencia de hormonas tiroideas, muestran rasgos físicos característicos, tienen deficiencia mental y baja talla. La obra fue realizada en 1895 y es un dibujo a lápiz conté, color y pulverizado. Mide 29 por 20 cm y pertenece al Museo de Arte Moderno de Barcelona (Fig. 1).

Figura 1. Mujer cretina con niño pidiendo limosna.

En este dibujo, Cretina de Boí, se observa una escena muy común en Nonell. Una mujer sentada en la calle con su hijo en su regazo. La mujer está totalmente cubierta excepto la cara, al igual que su hijo, de corta edad. El dibujo está realizado a un solo trazo y el color en gris y marrón. Hay dos vasijas al lado de la madre para recoger las monedas que le puedan dar. Las características anatómicas de las caras no se ven en detalle, no obstante son toscas y deformes, con lo que concuerda con el diagnóstico que hace el artista sobre el cretinismo. Parece que el pintor se ha inspirado en las pinturas negras de Goya para recrear a los personajes. La obra data de 1896 (Fig. 2).

Figura 2. Cretina de Boí.


Niña con sombrero
.
En este caso, la niña representada no parece que provenga de las clases pobres que el artista pintó y dibujó con tanta frecuencia. Se trata de una niña aparentemente bien vestida, con falda, chaqueta y botines. Va tocada con un sombrero de ala ancha sujetado al cuello con un cordón. Son líneas simples, que dibujan muy bien el contorno de figura y de la cara. El color beige cubre la totalidad del dibujo, sin que haya un fondo concreto. El dibujo fue realizado en 1900 y es pastel y carboncillo sobre papel de color beige (Fig. 3).

Figura 3. Niña con sombrero.

En Gitanos, el pintor representa, en un primer plano, a un niño de unos cuatro años y a un adulto, que parece ser un anciano. El niño porta un saco de gran tamaño, lleno de algo, que puede ser ropa, comida o desperdicios que ha recogido en la calle. El niño está bien proporcionado y va vestido con un abrigo. Tiene una mirada triste y parece dirigirse al adulto para darle explicaciones de lo que ha recogido a lo largo del día. El anciano se dirige al niño abiertamente con la mano derecha extendida, con el cuerpo y la cabeza ligeramente inclinada hacia delante. Este anciano tiene una barbilla prominente y llama la atención los largos brazos y las grandes manos que lleva, además de deformes, que algún experto no dudaría de calificar de manos artrósicas. Los gigantes acromegálicos se caracterizan por estas características anatómicas. En segundo plano, aparece un grupo de mujeres ataviadas con vestidos largos hasta el suelo que platican entre sí, sin que muestren características especiales. Como la anterior, la obra es monocolor en beige. Es una obra de 1909 y se trata de sanguina y gouache de 32,5 por 45 cm y pertenece al Gabinete de Dibujos y Grabados (Fig. 4).

Figura 4. Gitanos.

En Gitanita, se muestra una factura distinta. El pintor ha querido representar a una niña gitana, sola, sentada en la calle y descalza. Lleva ropas pobres, falda y camisa, sucias y rotas. Pelo abundante y ensortijado. La niña está con las manos recogidas, mantiene una mirada muy triste, que muestra resignación. Los colores son fríos, azul y rojos oscuros para su vestimenta. Data de 1909. En este caso, se trata de un óleo sobre tela de 79 por 65 cm y pertenece a una colección particular (Fig. 5).

Figura 5. Gitanita.


Sin título
(Mujer y niña). En esta obra, se representa a una vieja y a una niña. La vieja, cubierta desde la cabeza hasta los pies, se muestra intimidatoria ante la niña, que está desnuda ante ella. Da la impresión que la vieja está dando consejos a la niña, que se adivina de una edad aproximada de diez años. Aunque, en este caso, el sexo de la figura no está bien definido, parece que se trata de una niña por las características del pelo y las prominencias incipientes de las mamas. El color predominante en este dibujo es el marrón. Data de 1909. Realizado con tinta china sobre papel verjurado y cartón. Mide 22 por 16 cm y pertenece al Museo Español de Arte Contemporáneo (Fig. 6).

Figura 6. Sin título (Mujer y niña).

En Assumpció, el artista expone una figura de una niña ya adolescente. Parece que el pintor huye de las representaciones tantas veces mostradas. En este caso, la muchacha va cubierta con un mantón que lleva sobre el vestido. La niña mira hacia la derecha y lleva una melena que le cubre gran parte de la cara. No obstante, se observa una mirada triste por sus facciones. Llaman la atención los colores cálidos en esta obra: un amarillo intenso en el mantón y un rojo llamativo para la blusa, que lleva unos pequeños estampados blancos. Se trata de una obra de 1910 y es un óleo sobre lienzo (Fig. 7).

Figura 7. Assumpció.

Bibliografía

– VV. AA. Diccionario de Arte. Pintores del siglo XIX. Editorial LIBSA. Barcelona, 2001.

– Bozal, V. La época del Modernismo. La España Negra. Antología de Summa Artis. Tomo XIII. Espasa Calpe. Madrid, 2004.

– VV.AA. Isidro Nonell 1872-1911. MNAC/Fundación Cultural Mapfre Vida. Barcelona, 2000.

– Faerna JM. Isidre Nonell. Los Impresionistas y su época. Ediciones Polígrafa. Barcelona, 1996.

– Bozal V. Pintura y Escultura españolas del siglo XX. Summa Artis. Vol. XXXVI. Espasa Calpe. Madrid, 1992.

– Gaya Nuño JA. La pintura española del siglo XX. Ibérico Europea de Ediciones. Madrid, 1970.

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