Skip to main content
PEDIATRÍA INTEGRAL - Revista de formación continuada dirigida al pediatra y profesionales interesados de otras especialidades médicas

PEDIATRÍA INTEGRAL Nº8 – OCTUBRE 2015

Miguel Jacinto Meléndez y sus retratos para la realeza

J. Fleta Zaragozano
Representación del niño

en la pintura española


J. Fleta Zaragozano

Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria
Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Zaragoza

 

Pediatr Integral 2015; XIX (8): 574.e1-574.e3


Miguel Jacinto Meléndez y sus retratos para la realeza

 

Este pintor asturiano fue uno de los retratistas más afamados en la Corte de Felipe V y punto de origen de una saga familiar dedicada a la pintura, donde también destacaron su hermano menor Francisco Antonio como miniaturista y su sobrino Luís como pintor de bodegones. En los últimos años de su vida, Meléndez se especializó en retratos de nobles españoles (fundamentalmente los dos espléndidos retratos del marqués de Vadillo) y en diferentes ejemplos de pintura religiosa encargados por diversas congregaciones.

Vida y obra

Miguel Jacinto Meléndez Díaz nació en Oviedo en 1697, siendo hijo del “muestrense” Vicente Meléndez de Ribera y de Francisca Díaz de Luxío. Siendo niño, su familia emigró a Madrid donde Miguel Jacinto aprendió el arte de la pintura, posiblemente de la mano del pintor José García Hidalgo y en la Academia del Conde de Buena Vista del modo tradicional: copiando estampas y dibujos, luego al natural y, finalmente, copiando cuadros de grandes maestros del siglo XVII.

Durante este período de aprendizaje en la Corte, su hermano, el también conocido pintor Francisco Antonio Meléndez marchará a Italia a aprender, permaneciendo allí hasta su regreso en 1717, momento en el que conseguirá la plaza de Pintor Real de Miniaturas en 1725. La descendencia de éste, con el reputado bodegonista Luis Meléndez a la cabeza, constituirán una dinastía de pintores que se adentrará hasta finales del siglo XVIII.

En 1704 se casa con María del Río; Meléndez termina su etapa de formación y se gana la vida como pintor en la Corte, fundamentalmente realizando retratos de Felipe V y María Luisa de Saboya (hay localizados más de 22 retratos) en un período en el que la Guerra de Sucesión paraliza cualquier actividad artística cortesana. En este contexto, se le nombrará Pintor Honorario del Rey sin sueldo el 31 de junio de 1712. Meléndez solo conseguirá los 720 maravedíes anuales de gajes que conllevaba el cargo en febrero de 1727.

Al finalizar la Guerra de Sucesión, la vida de Miguel Jacinto Meléndez sufre importantes modificaciones. Así, en octubre de 1715, su mujer, María del Río, muere de postparto cinco días después de dar a luz a Julián Joaquín. Un año más tarde, en 1716, se vuelve a casar con Alejandra García de Ocampo de la que tuvo dos hijas, Josefa María y María Vicenta, esta última muerta siendo niña.

Su labor pictórica continuará centrada en el retrato de personas de la realeza. En este campo, la llegada al poder de Luis I implicará un repunte en la actividad de Meléndez, ya que se deberán realizar toda una serie de retratos oficiales al nuevo soberano para colocar en las principales instituciones del reino y afianzar su majestuosa imagen, como se había realizado anteriormente con Felipe V. En esta labor propagandística, Miguel Jacinto Meléndez retratará a lo largo de 1724, en numerosas ocasiones, al nuevo monarca. La abdicación de Felipe V en favor de Luis I provocó la necesidad imperiosa de que se divulgase su figura. Así, encontramos hasta cuatro retratos del nuevo rey, prácticamente idénticos, realizados por Meléndez para diversas instituciones que nos indicarán, de nuevo, su papel fundamental como propagandista político.

Como se ha referido anteriormente, en febrero de 1727 se le reconocerán los gajes como pintor del rey y será en este momento cuando realice la serie de retratos de la familia de Felipe V para la Real Librería y que son, sin duda, el conjunto de cuadros más importantes de Meléndez. Por otra parte, esta será la única serie de retratos que realizará por un encargo directo del rey y con destino al disfrute del propio monarca.

La carrera de Meléndez declinó al no acompañar a la Corte en su traslado a Sevilla, donde estuvo desde 1729 a 1733 y al ser monopolizados los encargos de retratos regios por Jean Ranc y su taller. Con una clientela importante, aunque con el favor real “secuestrado” por Ranc, Miguel Jacinto Meléndez morirá en Madrid en 1734, dejando a su viuda e hijos una desahogada posición económica y, sobre todo, lo que no era tan habitual en la época, ninguna deuda.

La infancia en sus retratos

El maestro pintaba los cuadros, generalmente retratos de corte, por encargo, indispensables para la actividad diplomática de los reinos europeos de aquel entonces. Lo habitual era encargar un retrato oficial al pintor de cámara y, si era aprobado, se realizaban copias en pequeño formato con destino a los principales palacios reales del continente, instituciones oficiales y casas nobiliarias amigas. También era una forma de dar a conocer a los hijos e hijas de los reyes, a la par que se oficializaba su disposición para su matrimonio y la posibilidad de su concierto.

Luis I, Príncipe de España. Se trata del retrato de cuerpo entero de Luis I, representado a la edad de cinco años, con el cetro, el collar de la orden del Toisón y la corona, atributos reales, que lo identifican como Príncipe de Asturias y por tanto heredero al trono. Viste un traje de brocado azul, rojo y oro con bocamangas de encaje y lleva un tocado de terciopelo rojo, con tul y plumas. Data de 1712 y es un óleo sobre lienzo de 103 por 83 cm que pertenece al Museo Cerralbo de Madrid (Fig. 1).

Figura 1. Luís I, Príncipe de España.

El Retrato de Mariana Victoria de España representa a esta infanta de cuerpo entero y sentada sobre un cojín. Mira hacia el artista, lleva vestido blanco con suaves encajes y un escote ciertamente acentuado. Lleva la banda de color azul propia de la realeza. Su mano derecha, apoyada en el regazo, está en contacto con un ramo de flores y su mano izquierda, levantada, lleva una rosa. Un gorro de tela rodea la cabeza de la niña. El fondo es oscuro. Se trata de un óleo sobre lienzo que data de 1720 (Fig. 2).

Figura 2. Retrato de Mariana Victoria de España.

Otro retrato pertenece a Felipe, Duque de Parma. Es un retrato de cabeza y busto de un niño de cuatro años de edad. Está mirando al espectador y muestra una muy leve sonrisa. Ataviado con traje noble y banda regia de color azul oscuro. Al cuello lleva un lazo del mismo color. El niño sostiene con sus manos un libro abierto. Las características fisionómicas de la cara están bien definidas y tiene pelo abundante. Hay un fondo de tonalidades oscuras. Data de 1727 y es un óleo sobre lienzo circular de 53 cm. Pertenece a Biblioteca Nacional en Madrid (Fig. 3).

Figura 3. Felipe, Duque de Parma.

El Príncipe Fernando, futuro Fernando VI. El retrato representa a Fernando (1713-1759), hijo de Felipe V y de su primera esposa María Luisa Gabriela de Saboya, como Príncipe de Asturias, con la corona real y vistiendo media coraza como su padre; luce al pecho el collar del Toisón de Oro. Meléndez utilizó un prototipo anterior a 1727, pues la cara aniñada del Príncipe no corresponde a los catorce años que tendría entonces. Data también de 1727 y es un óleo sobre lienzo circular de 53 cm y pertenece a la Biblioteca Nacional en Madrid (Fig. 4).

Figura 4. El Príncipe Fernando, futuro Fernando VI.

En esta misma época pinta el retrato de Carlos III niño. Se trata de otra obra de parecidas características y factura. Otra vez representa a otro niño de la realeza. Llama la atención su casaca de color rojo oscuro con ricos bordados y una gran insignia. Lleva un pañuelo al cuello de color blanco y una larga melena. Mira al espectador. Se trata de un óleo sobre lienzo circular de 53 cm de diámetro (Fig. 5).

Figura 5. Carlos III niño.

Poco después el artista pinta el cuadro Princesa María Ana Victoria de Borbón, en la línea estilística de los cuadros anteriores. Se trata de la Hija de Felipe V e Isabel de Farnesio. La niña está sentada en un trono y lleva en su regazo, como es muy habitual en los cuadros de Meléndez, unas flores. En su mano derecha, levantada, lleva una flor. También se observa otra flor en el escote del vestido y otra en la cabeza. Lleva un collar ajustado a su cuello. La niña mira al artista. Es importante destacar la presencia de una corona real en la parte inferior derecha del cuadro. Se trata de un óleo sobre lienzo de 76 por 62 cm y pertenece a la colección de los duques de Fernán Núñez (Fig. 6).

Figura 6. Princesa María Ana Victoria de Borbón.

 

Bibliografía

- Santiago EM. El pintor Miguel Jacinto Meléndez. A propósito de unos retratos de la Biblioteca Nacional. Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Madrid, 1966.

- VV.AA. Miguel Jacinto Meléndez. Pintor de Felipe V. Museo de Bellas Artes de Asturias. Oviedo, 1989.

- Santiago EM. Miguel Jacinto Meléndez (1679-1734). Museo Municipal de Madrid. Madrid, 1990.

- Camón J. La pintura española del siglo XVII. Summa Artis. Historia General del Arte. Vol. XXV. Espasa-Calpe. Madrid, 1977.

- Bottineau Y. El arte cortesano en la España de Felipe V (1700-1746). Fundación Universitaria Española. Madrid, 1986.

- Morán JM. El arte en la corte de Felipe V. El Viso. Madrid, 2002.

 

 

Copyright © 2024 Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria